El papa Francisco aseguró este domingo, durante el Angelus, que su pensamiento “está especialmente con las familias" que en estos días se reencuentran y recomendó a los fieles que “la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad; de crecimiento de la fe y de gestos solidarios hacia aquellos necesitados”.
“Dentro de tres días será Navidad y mi pensamiento está especialmente con las familias, con sus familias, que en estos días se reencuentran: quien vive lejos de sus padres parte y vuelve a casa; los hermanos tratan de reencontrarse”, señaló el pontífice.
Francisco recomendó a los fieles que “la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad; de crecimiento de la fe y de gestos solidarios hacia aquellos necesitados”.
Antes de la plegaria mariana en la Plaza San Pedro, en el cuarto y último Domingo de Adviento, el Papa se refirió a San José, “una figura aparentemente de segundo plano pero en cuyo comportamiento está contenida toda la sabiduría cristiana”.
"Es alguien que no predica, no habla, pero trata de realizar la voluntad de Dios; y la cumple al estilo del Evangelio y de las Buenaventuranzas: Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos'”, agregó.
Según Jorge Bergoglio, “José confía totalmente en Dios, obedece las palabras del Ángel y lleva a María con él. Justamente esta confianza inquebrantable en Dios le permitió aceptar una situación humanamente difícil y, en cierto sentido, incomprensible".
"José comprende, en la fe, que el niño concebido en el seno de María no es su hijo, sino que es el hijo de Dios y él, José, será su custodio asumiendo la paternidad terrenal”, explicó.
El Papa sostuvo que “el ejemplo de este hombre sabio nos exhorta a levantar la mirada y a alentarlo aún más. Se trata de recuperar la lógica sorprendente de Dios que, lejos de pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y su palabra”.
Tras el Ángelus, Francisco recibió a niños pobres asistidos en el Dispensario Santa Marta, que funciona desde hace casi cien años en el Vaticano.
El Dispensario, a cargo de las religiosas Hijas de la Caridad, ofrece atención pediátrica gratuita además de bienes de primera necesidad para los niños y sus familias.
El Papa sostuvo que es necesario jugar con los niños porque “darles alegría es algo muy grande” ya que ellos son “inocencia, promesa, muchas cosas buenas".
Para terminar, se dirigió a los pequeños y les preguntó: "Qué es más bello, la guerra o la paz?". "La paz!", gritaron los niños a coro.
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