Escuchar el testimonio de Eugenia Bosco, estremece. La medallista olímpica, oriunda de San Pedro, contó en una entrevista que denunció a Leandro Tulia, su exentrenador, por abuso sexual. Pero además, narró el pacto de silencio que circuló durante años en el club al que asistía y de qué manera esta persona manipulaba a sus compañeros –todos menores de edad– para que nadie deje de ir a lo que denominó "una pequeña secta". 

La regatista, que ganó medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024 tiene 27 años, y tras un extenso trabajo, pudo sacar a la luz lo que ocurrió cuando tenía apenas 12 y formaba parte de la escuela Optimist, es decir, la práctica inicial en vela destinada a niños y niñas de entre 6 y 15 años.

"Sucedió cuando era muy chica, o sea, cuando estaba navegando en Optimist. No sé cómo explicarlo, pero fue algo que pasó, que no lo controlé, tenía 11 ó 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par de años que lo pude ver, trabajando obviamente y con gente acompañándome. Lo pude volver a mi mente y arrancó otro proceso. Yo sabía que había algo en mí, no sabía de dónde venía, pero sabía que había algo. Y cuando esto vino empecé a entender un montón de cosas", afirmó Bosco.

"Es una edad en la que empezás a clasificarte a campeonatos, a viajar sola, a tener un grupo donde te mezclás mucho. Yo venía de San Pedro todos los fines de semana, viajaba a veces con mi hermano, a veces sola y después éramos un grupo grande que se quedaba a dormir en el mismo lugar, todos bajo el cuidado de esta persona", dijo en relación a Tulia, el denunciado. 

Y agregó: "Era un pequeño mundo. Que al final, cuando sos niño, es muy divertido porque estás con tus amigos, estás en un ambiente que creés que controlás, digamos, porque estás en un club, te sentís cuidada y sobre todo tus papás confían y te dan esa confianza de quedarte a dormir ahí. También nosotros hacemos un deporte al que le dedicamos muchas horas. Yo iba todos los fines de semana y a eso le sumaba quedarme a dormir, así que eran muchas horas y mucha responsabilidad de esa persona de estar al mando de nosotros". 

"Esta persona generaba ese silencio de grupo y que vos no le cuentes a tus padres. Lograba que todos cumpliéramos con ese compromiso de «somos un equipo, lo que pasa acá, queda acá»", señaló respecto a lo ocurría entre sus compañeros y agregó: "Él controlaba mis miedos". 

Bosco denunció en octubre del año pasado y desde entonces, otras tres personas acudieron a la Justicia por lo mismo. La joven explicó que un día estaba mirando un documental que justamente mostraba abusos dentro del deporte y se sintió identificada. Comenzó a llorar y de esa manera los recuerdos se desbloquearon de la mente. "Pasé por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que yo era la culpable. Después de un tiempo lo puse en la mesa y dije: «Yo era chica, no tenía el control de esta situación»".

"Cuando te vas distanciando de todo eso, o cuando hablas con gente de otros clubes, o cuando vas creciendo, te vas dando cuenta de que había cosas que no estaban bien", apuntó y sumó: "Es muy difícil verlas desde adentro. Mis padres siempre confiaron en esto, confiaron en esta persona y en el club, pero ellos quizás no estaban yendo todos los días ahí a buscarnos: tenían la confianza de que sus hijos estaban bien en un club por el fin de semana".

La medallista pudo ver que todo lo que el ex entrenador hacía estaba "muy controlado". "Pienso cada momento y nada fue en vano. Gestos, situaciones, momentos. El tema de reagruparnos como una pequeña secta".  Y tras volver de los Juegos Olímpicos de París tomó la decisión de hacer la denuncia acompañada por su familia. "Entre mucho asesoramiento y mucha ayuda, conseguí hacer esta denuncia y me sentí muy liberada. La noche anterior a hacerla no paraba de llorar", relató. "Fue muy liberador, muy sanador. Desde ahí me sentí poderosa", señaló la joven que desea "que esto haga un efecto y genere un cambio". 

Si sos víctima de violencia familiar o sexual, o conocés a alguien que la esté sufriendo, te podés comunicar desde cualquier lugar del país las 24 horas, los 365 días del año, a la línea gratuita 137.

En Rosario, está disponible todos los días, las 24 hs el número 0800 444 0420. Si no podés hablar, está habilitado el whatsapp 3415781509. En caso de emergencias, llamá al 911.