Sarah y Luke Flanagan, una pareja oriunda del Reino Unido, desembarcó en la remota isla de Owey del condado de Donegol, Irlanda, apenas dos días antes de que se decretara el aislamiento en su país, para escapar del coronavirus.
Son originarios de Leeds, pero disfrutaban de la vida en las Tierras Altas de Escocia cuando se presentó la oportunidad de llevar adelante la máxima aventura, sin electricidad, ni agua corriente ni gas.
"Usamos un tanque para recoger el agua de lluvia, cocinamos usando grandes botellas de gas que también almacenamos en los meses de verano", cuenta Sarah, que es trabajadora social, y destaca que hay 4G en el área.
Y continúa: "Tenemos paneles solares que conectamos a la batería de nuestro auto para cargar a lo largo del día antes de cargar nuestros teléfonos celulares".
¿Qué comen?
Con la ayuda de un bote, cultivan verduras y crían gallinas, dado que tienen algunas otras limitaciones viviendo en esta isla desierta. Además tienen sus caminatas con paisajes inigualables.
"La experiencia en su conjunto es increíble. El ritmo de vida es muy lento pero es encantador. Pasamos nuestros días paseando con los perros, cultivando nuestra propia comida y aprendiendo nuevas habilidades", explica Luke, carpintero de profesión.
Muchos se preguntan cuanto tiempo permanecerán en el terreno. Según informa Clarín, algunos cuentan que las viviendas solo están habitadas en verano y afirman que alguien pasó el invierno en 1974.