Los focos de incendio en las islas entrerrianas ubicadas frente a Rosario se mantenían este martes a la noche y los pronósticos de la dirección del viento indicaban que el miércoles podría comenzar con mucho humo en la ciudad. En ese contexto, los especialistas reiteraron el peligro para la salud de respirar de manera sostenida el aire contaminado.
El meteorólogo Jorge Giometti dijo al programa Telenoche Rosario (El Tres) que el viento del este prevalecerá hasta el miércoles a la noche cuando cambiará la direccion sur - suroeste y se aliviará la situación.
El neumonólogo Daniel Buljubasich dio detalles del daño que provoca el humo al organismo y explicó que se esperan mayores consecuencias a largo plazo. “Los efectos son impredecibles y pueden ser severos”, vaticinó el especialista.
De acuerdo al análisis del experto, “el humo es un irritante directo de la vía aérea no solo de los pulmones sino que empieza contaminando a partir de los ojos, la nariz y la garganta”.
“Muchos síntomas vienen de la parte alta del aparato respiratorio pero también el humo contamina la parte baja de los pulmones. De esta manera, los pacientes que tienen Asma o Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) se descompensan ante estos episodios. También al afectar las vías aéreas superiores provoca cuadros de faringitis que dan una tos muy intensa y muy molesta. A nivel de la nariz, el humo provoca rinitis y a nivel de los ojos, una conjuntivitis que es muy molesta”, enumeró Buljubasich.
El neumonólogo reconoció que en los últimos años aumentaron las consultas por descompensaciones y problemas respiratorios generados por el humo de los incendios en las islas.
“Estamos muy preocupados porque durante mucho tiempo fueron exposiciones ocasionales; es decir, pasaba un tiempo y el problema cedía o desaparecía hasta el año próximo. Ahora en cambio, estamos sometidos casi permanentemente a esta exposición al humo. Yo lo equiparo al humo del cigarrillo propio o ajeno por cuanto daña a nuestra salud y cuánto pasa hasta que nos damos cuenta de ese daño”, graficó el médico.
Además dijo que para ver las consecuencias del daño pueden pasar hasta 10 años; “pero ese daño llega y el daño es mayor en los pulmones de los niños”.
“No sabemos con qué nos vamos a encontrar en 10 años cuando observemos a los niños que hoy tienen 2 o 3 años y están respirando este aire. Yo creo que esto es un alerta significativo porque los efectos son impredecibles y pueden ser severos”, concluyó el neumonólogo.
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