Las quemas de pastizales en las islas a fines del invierno para facilitar la pastura verde que llega con la primavera es una vieja receta que este año, pese al sinfín de especulaciones detrás de los incendios masivos en el humedal, se repite.
Jeremías, un ingeniero agrónomo y defensor del medio ambiente, recorrió la ruta que une Rosario con Victoria este miércoles y comprobó tres cosas que son, en realidad, parte de una misma dinámica productiva arcaica y agresiva con el ecosistema.
El especialista vio los rastros del fuego en los campos a lo largo de los 60 kilómetros de traza, donde ahora empieza a asomar el verde de la nueva pastura para el ganado. Compromó también la existencia de terraplenes enormes construidos de forma ilegal, sobre todo uno ubicado en el kilómetro 45 de la traza (ver video). Y fue testigo de cómo los puesteros cuidan a las vacas recién llegadas al humedal en barcos jaula.
El círculo del negocio ganadero intacto, como si nada hubiera pasado, como si las denuncias y reclamos (por el humo que llega a Rosario pero sobre todo por el ecocidio extendido este año de sequía) no existieran.
"Toda la isla quemada y ahora largaron las vacas que se están comiendo el rebrote de primavera. Kiómetros y kilómetros de isla quemada. Los carpinchos, las nutrias y las aves muertas. Un desastre. Acá están las vacas y después le echan la culpa a los kayaquistas", señaló el ingeniero agrónomo que envió fotos y videos a Rosario3 desde la conexión vial.
Sobre el kilómetro 45, el especialista observó: “Está el terraplén de varios kilómetros que lo hicieron durante seis meses el año pasado y adentro hay un verdeo, parece que sembraron un cultivo o podría ser una pastura, todo para darle de comer a las vacas".
"O sea, han hecho un endicamiento ilegal con un probable manejo con agroquímicos de la agricultura tradicional en medio de uno de los humedales más biodiversos del planeta", resumió el especialista y mostró también que del otro lado de la traza, frente al arroyo Victoria, había un campamento de pescadores permanentes.
Unos kilómetros más adelante notó la presencia de dos barcos jaula amarrados (de los que trasladan ganado) sobre el canal de servicio, con camionetas cuatro por cuatro y personas a caballo. Otra muestra de la actividad ganadera que explica, en parte y potenciada por las condiciones ambientales de bajante del río y sequía, los incendios descontrolados de los últimos meses.