Emilia fue la primera médica en asistir a Leoncio Bermúdez, el policía asesinado de un tiro en la cabeza en la puerta del hospital Provincial tras cruzarse con sicarios que salían del lugar y habían ido a buscar a un detenido. Este miércoles, todavía en shock por la situación que atravesó junto al resto de los trabajadores del centro de salud, brindó un crudo testimonio sobre esos minutos fatales de la noche del martes. “Fue terrible, es un compañero que nos quiso defender y por querer defendernos terminó su vida de la peor forma. Hicimos todo y no pudimos salvarlo”, relató en Radio 2.
La terapista explicó que está acostumbrada a atender pacientes en estas circunstancias (heridos de bala) pero “nunca” en ataques dentro del hospital. “La frustración que uno siente porque nos quiso defender y no le dieron la oportunidad”, dijo.
Emilia recordó que escuchó los disparos y salió de su puesto de trabajo en la terapia intermedia porque vio a uno de los guardias corriendo por el hospital y sabía que “había alguien afuera”, sin siquiera tomar consciencia de que todavia había detonaciones.
Fue en ese momento cuando vio al suboficial Bermúdez en el suelo, herido de bala en la cabeza: “Este chico, un compañero al que conocemos y vemos todos los días. Veo que tenga pulso, veo a otra paciente, me quedo con el policía que era el que peor estaba y pido ayuda”.
El espacio, según contó, era un caos, con otras personas baleadas y una gran conmoción. Lograron compensar al policía y tras hacer la reanimación inicial lo derivaron al Heca. “Todavia sintiendo que estábamos en peligro, era una zona de guerra y no sabiamos si iban a volver a ingresar”, explicó.
“Nos subimos a un móvil con la ropa llena de sangre y lo volvería a hacer. Teníamos que salir del hospital porque no estábamos seguros”, abundó entre lágrimas.
Además de pacientes y compañeros, había estudiantes de medicina que también fueron apuntados con armas. “Cómo hacen esos chicos para volver a creer en el sistema de salud si esta es su primera experiencia”, preguntó Emilia en voz alta.
Otro trabajador del hospital Provincial sumó su relato de lo sucedido y explicó que fue “fuerte y desesperante” para todos: “Escuchamos ocho detonaciones. Tratamos de refugiarnos, llamamos al 911 y cuando salimos vimos al efectivo herido en el suelo".
“Era una muy buena persona. Dicen que estaba la hija en el destacamento, la estaba cuidando un rato porque la iba a pasar a buscar la mamá o un familiar. Le tocó presenciar todo esto que pasó con el papá”, concluyó.
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