El martes transcurría pesado y pegajoso en Rosario, bajo un cielo que, sin sol, desplegaba todo tipo de grises. No se descartaban lluvias pero sin tormentas fuertes, y la nubosidad mantenía a raya la temperatura.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantiene un alerta amarilla por calor extremo pero éste no se sentía como tal por la tarde, cuando, a las 16 (hora pico), el termómetro marcaba 27,9 grados, con una sensación térmica de 29,8.

Se mantenía para la jornada el pronóstico de "tormentas aisladas" aunque hacia la noche solo aparecen nubes en la cartilla oficial de Rosario. 

El alerta vigente por tormentas fuertes ya no afectaba al sur de Santa Fe pero sí al resto de la provincia con nivel amarillo