Este último 26 de agosto se celebró el Día Internacional contra el Dengue para concientizar sobre la infección viral. De esta manera, se dio a conocer uno de los últimos avances, que tiene que ver con un estudio científico llevado adelante por especialistas del Conicet, de la Fundación Mundo Sano y del Instituto Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro (Brasil), en el que identificaron una mutación genética que le brinda una alta resistencia a los insectos aedes aegypti cuando se les aplican insecticidas del grupo de los piretroides.

Esta mutación en los insectos transmisores de dengue, que fue documentada por primera vez en el país, se descubrió en muestras colectadas en localidades como Orán y Tartagal, en Salta; Clorinda, en Formosa; y Puerto Iguazú, en Misiones.

Según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de Argentina, que se dio a conocer este lunes, indica que salvo San Fernando y Mayor Luis Fontana en Chaco, y Pilcomayo y Formosa Capital en Formosa, todas las jurisdicciones interrumpieron la circulación viral de dengue en la última semana el alerta sigue vigente luego de los índices que se registraron a principios de año.

Desde 1998, Argentina utilizó insecticidas piretroides, como la permetrina, para combatir al Aedes aegypti, el principal vector de la enfermedad. Sin embargo, a partir de 2013, en Salvador Mazza (Salta), se observó que estos productos ya no eran tan efectivos para reducir la población de mosquitos, y que estos insectos comenzaban a mostrar cierta resistencia.

Laura Harburguer, directora del estudio e investigadora del Conicet, confirmó que una investigación conjunta con científicos de Brasil, demostraron esa resistencia a estos insecticidas. "Hemos realizado el primer estudio que identifica esta mutación genética en los mosquitos Aedes aegypti de Argentina, la cual está correlacionada con la resistencia a los piretroides. Además, se han encontrado otras dos mutaciones previamente reportadas que también contribuyen a esta resistencia".

Harburguer explicó que los estudios toxicológicos mostraron que los mosquitos ahora pueden sobrevivir a dosis de insecticidas que normalmente serían letales, incluso hasta diez veces mayores de lo habitual.