El universo de personas con coronavirus que están activas en la ciudad de Rosario superó este sábado el techo de las nueve mil y llegó a 9.235, el máximo de toda la pandemia.

Esa población es la que presiona sobre el sistema de salud que volvió a reflejar niveles de saturación: 99% de ocupación de camas críticas de la ciudad (48% por covid) y 93% en salas generales.

Ambas variables explican lo que los especialistas, y el propio presidente Alberto Fernández dijo en el anuncio de las nuevas restricciones, “estamos en el peor momento de la pandemia”.

Rosario sumó este 22 de mayo 1.140 contagios (récord para un día sábado) cuando las personas recuperadas fueron 778. Ese mismo desnivel entre quienes se enferman y quienes tienen el alta se dio el viernes y también en la mayoría de días en las últimas dos semanas.

De hecho, el mes de mayo empezó con 6.563 casos activos, este viernes 21 se ubicó en 8.873 y este sábado 22 trepó a las 9.235. Una suba de 40% en apenas tres semanas. No es un dato suelto: una parte de ellos necesita o necesitará internación y los hospitales ya están saturados.

En octubre del año pasado, cuando se había dado el pico anterior de contagios, los casos activos treparon a un máximo parcial el 22 de octubre, con 8.225, y con una ocupación de camas críticas menor a la actual, del 86% (43% por covid).

Una semana de récords

 

Este viernes 21 de mayo se informó un número máximo para un día desde el inicio de la pandemia: fueron 1.380 (aunque algunos contagios correspondían a la jornada del jueves). El pico anterior había sido en la primera ola: 1.375 el 20 de octubre. 

También este 22 de mayo hubo un récord de contagios informados para un día sábado: fueron 1.140 (por encima de los 1.001 casos del sábado 17 de octubre, en aquella semana que había fijado –hasta hoy– un techo para la pandemia).

Ese salto en los contagios de esta semana implicó que se superó por mucho la cifra de las personas recuperadas (casi el doble en algunos casos).

Una forma de entender que este momento de la segunda ola es aún más grave que la primera es revisitar los datos de octubre del año pasado, mes del pico.

El total de casos activos era de 7.482 el sábado 17 de octubre y subió a 7.910 el martes 20, cuando el porcentaje de ocupación de camas era de 89% (44% covid). La cantidad de personas infectadas no recuperadas llegó a un máximo parcial de 8.225, dos días después, el jueves 22 y desde ahí comenzó a bajar hasta menos de tres mil hacia fin de año.

De alarma a riesgo para volver a alarma

 

Durante este mes, el 8 de mayo, el gobierno provincial decretó que Rosario había mejorado su situación sanitaria.

La provincia pidió, y el gobierno nacional cedió, que la ciudad como parte del departamento Rosario bajara del nivel de "alarma epidemiológica y sanitaria" al de "alto riesgo" y eso le permitió habilitar actividades sensibles como las clases presenciales. El argumento fue que al sumar respiradores, la ciudad mejoraba la capacidad de camas.

Pero fuera de los despachos, la crisis sanitaria se agravó y el lunes 17 las autoridades reconocieron la saturación al 100% de las camas críticas en los hospitales de la ciudad y la región. Rosario3 recorrió por dentro uno de los centros de internación covid y reflejó la desesperación de los médicos por la imposibilidad de contener la segunda ola.

Esta semana la cantidad de casos activos de personas con covid-19 partió el lunes 17 con 7.113 y llegó el viernes a 8.873. En cuatro jornadas (martes, miércoles, jueves y viernes) ese universo de contagiados creció en 1.760 personas (o 440 por día en promedio). Un porcentaje de esos enfermos (cerca de 15%) necesitan ser internados en salas generales o en terapia intensiva (la minoría).

El ascenso siguió hasta perforar, este sábado 22, el umbral de los nueve mil activos. Con un nuevo decreto, la provincia admitió que Rosario estaba bajo “Alarma epidemiológica y sanitaria” y la página nacional volvió a ubicar al departamento en esa categoría. Así, el universo de enfermos con coronavirus se expandió con velocidad en este mes. A un nivel que no habíamos visto.