La Corte Suprema rechazó hoy todos recursos presentados en el caso Ciccone y de esa manera dejó firme la condena de 5 años y 10 meses para el ex vicepresidente y ex viceministro de Economía Amado Boudou que había dictado un tribunal oral en 2018. Por ese escándalo también habían sido condenados José María Núñez Carmona, Nicolás Ciccone, Alejandro Vandenbroele (el único que no apeló), Rafael Resnick Brenner y Guido Forcieri.
El ex vicepresidente había sido condenado por los delitos de cohecho pasivo (recibir coimas) y negociaciones incompatibles con la función pública. Los jueces del TOF 4 también lo inhabilitaron de por vida para ejercer cargos públicos y ordenaron su inmediata detención por la compra de la calcográfica Ciccone por parte de The Old Fund, una empresa pantalla que tenía como cara visible a Vandenbroele.
Pero, el pasado 6 de abril, el Tribunal Oral Federal 4 contempló que la condena no estaba firme y le concedió prisión domiciliaria, en virtud de la situación excepcional generada por la emergencia del coronavirus. Entonces, estipuló que Boudou debía ser controlado mediante un sistema de pulsera electrónica, previsto en la Ley de Ejecución de la Pena privativa de la libertad.
Su amigo y socio José María Núñez Carmona fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión y el empresario Nicolás Ciccone a 4 años y 6 meses por el delito de cohecho activo. El tribunal también condenó al arrepentido Alejandro Vandenbroele a 2 años de cárcel, a Rafael Resnick Brenner (ex funcionario de la Afip) a 3 años, y al ex jefe de Gabinete del Ministerio de Economía Guido Forcieri a 2 años y seis meses. Los dos últimos fueron condenados como partícipes necesarios del delito de negociaciones incompatibles con la función pública.
Las condenas fueron confirmadas el año pasado por la Sala IV de la Cámara de Casación, por lo que las defensas fueron en queja ante la Corte Suprema. Además de la maniobra para “rescatar” a Ciccone Calcográfica, los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Javier Carbajo dieron por probado que el grupo liderado por Boudou manipuló en provecho personal al menos tres organismos del Estado: la Casa de Moneda, la AFIP, y la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
Vandenbroele fue el único de los acusados que no apeló la sentencia. Antes del comienzo de la pandemia, el ex titular de The Old Fund renunció al Programa de Testigos Protegidos, que ya había pasado a la órbita del Ministerio de Justicia, y se recluyó en su posada de Mendoza. Según pudo saber Infobae, el arrepentido pasó toda la cuarentena en ese lugar, que podría reabrir antes de fin de año.
Rechazados todos los recursos, Boudou ya no es más inocente por el caso Ciccone. El expediente ahora pasará al juez de ejecución Daniel Obligado, el mismo que en abril le otorgó la domiciliaria al ex vicepresidente y a su socio. En el entorno de Boudou sostienen que las circunstancias “no se modificaron” por lo que debería seguir cumpliendo la pena en su domicilio.
El ex vicepresidente ya no vive más en Barracas: durante la cuarentena pidió permiso para mudarse a una casa.
La mudanza fue su única salida al exterior. Durante la pandemia su vida se concentró en sus dos hijos mellizos. También dedica buena parte del tiempo a estudiar historia y francés. “Siempre fue una máquina de leer y con esta situación mucho más”, contó a este medio alguien del entorno.
Boudou ya estuvo detenido tres veces. La primera vez fue el 3 de noviembre de 2017, cuando la Prefectura lo sorprendió en su departamento de Puerto Madero con una orden del juez Ariel Lijo. Luego volvió a la cárcel en agosto de 2018, tras la condena del Tribunal Oral Federal 4 por el caso Ciccone.
Ese período se extendió hasta el 11 de diciembre de ese año, cuando ese mismo tribunal, con otra composición, decidió otorgarle la excarcelación tras el pago de 1 millón de pesos y la colocación de una tobillera electrónica con GPS. Su tercer paso por el complejo penitenciario de Ezeiza arrancó el 18 de febrero del año pasado, luego de un fallo de la Cámara de Casación que decidió revocar su excarcelación.
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