Este martes, la temperatura en Rosario alcanzó los 37º. La recomendación principal para enfrentar la ola de calor es tomar mucha agua, sin embargo en Barrio Toba eso es imposible: las canillas comunitarias apenas gotean y esas gotas que caen no son aptas para el consumo.
Si bien los vecinos llevan varios veranos viviendo así, ahora el problema se profundizó: en la escuela Fontanarrosa en Aborígenes Argentinos al 6300, donde asisten unos 400 chicos hace un mes y medio que no cuentan con agua y tienen reiterados cortes de luz por lo tanto redujeron el horario de asistencia y le pidieron a los alumnos que lleven botellas de sus casas.
“Es una vergüenza, los chicos tomaban agua de un tanque que estaba verde y se enferman. Nunca llegaron las cubas que prometieron”, contó en De 12 a 14 (El Tres) una madre del barrio.
Padres, madres y niños caminan muchas cuadras durante la madrugada con baldes vacíos, rastreando alguna canilla que les devuelva la esperanza. Mientras tanto, compran bidones o hacen pozos en la tierra para rescatar un poco de líquido fresco.
El chorro fino que sale de las canillas durante el verano, tiene olor a podrido y ni siquiera el colorante de los jugos en sobre modifica el sabor del agua contaminada. “Estamos abandonados por el Gobierno, los Ministerios y también por Desarrollo porque acá no se acerca ninguno. Este es el futuro de toda la Nación”, apuntó un hombre que vive en el lugar.