Los propósitos de año nuevo son la oportunidad para marcar el horizonte que te permita alcanzar un buen desempeño como estudiante. Todo aquello que hiciste mal o no muy bien durante el año pasado, puede cambiar si lo deseás y te proponés metas a futuro.
El sitio Universia enumeró diez propósitos educativos para ordenar y disfrutar tu año académico:
Organizate: la organización de los tiempos es una cualidad indispensable para poder estudiar y que las horas rindan. Podés establecer horarios de estudio y elaborar un calendario para una mejor planificación.
Ser positivo: si el año anterior te dejaste llevar por malos pensamientos durante la cursada, es momento de dejarlos de lado y ser más resiliente frente a las malas notas o cualquier dificultad que se cruce en tu camino. Hay que sacar lo mejor de cada cosa para no estresarse cuando finaliza el año y poner en práctica las competencias transversales para tu desarrollo educativo.
Ser disciplinado: toda formación académica requiere de esta cualidad por parte de los estudiantes, ya que sin ella no podrás cumplir con la exigencia que conlleva estudiar una carrera.
Pensá a largo plazo: corriéndote del día a día como estudiante y comenzando a visualizar tu formación como un todo y a largo plazo, vas a dejar de lado las caídas y malos tragos. Mirá tu gran objetivo que es lo importante.
Dormí mejor: seguramente durante algún mes de arduos exámenes dejaste de lado el descanso necesario para poder estar bien. Recordá que dormir bien puede ayudarte a rendir más en tus estudios.
Destiná tiempo al ocio: si bien hay que ser responsable y llevar una carrera al día, también es muy importante que destines tiempo a actividades que te despejen de tanta lectura. Practicá deportes, sumate a algún taller de artesanías, mirá tu serie favorita, salí con amigos te ayudan a relajarte.
Involucrate con tu carrera: generar contactos dentro de la casa de estudio y relacionarte con colegas, profesores es clave para tu carrera. No desaprovechés la oportunidad de involucrarte y hacerte parte de la institución que te aloja.
Creá grupos de estudio y amistad: el trabajo conjunto ayuda a despejar dudas, fortalece las ideas y abre nuevas perspectivas.
Dejá de lado los miedos: muchos estudiantes se paralizan frente a los exámenes porque cargan con mucha responsabilidad y temor a las bajas notas o buen desempeño. Dejá de lado tanta presión y el miedo que te paraliza. Estudiar requiere constancia y dedicación pero, al fin y al cabo, es solo eso.
No estudiés sólo para aprobar: lo más relevante es que aprendas y saques lo mejor de cada materia cursada.