China vs. EE.UU.: guerra fría con mate y swap. La visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, a la Argentina dejó algo más que elogios diplomáticos. También dejó fuego cruzado. Y la primera réplica no tardó en llegar: la embajada de China en Buenos Aires emitió un comunicado demoledor contra las declaraciones del funcionario estadounidense, que había cuestionado la relación financiera entre Beijing y el Gobierno argentino.
“Maliciosas difamaciones”, “coerción económica” y “bullying comercial” son algunas de las expresiones que usó la delegación diplomática china para referirse a las acusaciones de Bessent sobre los acuerdos bilaterales con la Argentina, en especial el swap de monedas que permitió mantener reservas brutas positivas en el Banco Central.
����La Embajada de China responde a las calumnias del Secretario del Tesoro de los EE.UU.
— Embajada de China en Argentina (@ChinaEmbArg) April 15, 2025
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Desde Beijing replicaron con una frase tan directa como incómoda para Washington: “Si Estados Unidos prefiere no recorrer este camino, al menos debería abstenerse de obstruir o sabotear deliberadamente la asistencia que prestan otros países a las naciones en vías de desarrollo y del Sur Global. Tampoco debería sacrificar el bienestar de los pueblos de estas naciones para servir a sus egoístas intereses geopolíticos en defensa de su propia hegemonía”.
El telón de fondo es la guerra comercial global, donde la Argentina aparece como actor secundario pero geográficamente clave. La declaración subraya que la cooperación chino-argentina no tiene condicionamientos políticos, que es “una colaboración Sur-Sur” y que ha sido clave para destrabar fondos del FMI.
Mientras tanto, Estados Unidos insiste con imponer más aranceles a los productos chinos. China, lejos de quedarse callada, acusa a Washington de intentar frenar su desarrollo industrial y de utilizar el proteccionismo como arma de presión para ampliar la desigualdad global.
“Esta actitud no sólo carece de un mínimo respeto hacia los países en desarrollo y del Sur Global, sino que también deja al descubierto el carácter hegemónico e intimidatorio de un proceder inmoral”, dispararon desde la embajada, en un comunicado inusualmente frontal.
La tensión geopolítica se cuela así en el momento más delicado de la economía argentina: al mismo tiempo que se anuncian reformas, se libera el cepo cambiario y se intentan cerrar filas con los organismos internacionales, las dos principales potencias del mundo se disputan influencia sobre el territorio.
En la Argentina de Milei, los dólares no vienen solos. También traen banderas.
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