Scitiva es una startup de la ciudad de Santa Fe dedicada al diseño y desarrollo de tecnologías y formulaciones basadas en principios activos canábicos. Sin embargo lo que la distingue del resto, en palabras de sus integrantes, es ser la primera a nivel regional y nacional que busca desarrollar agentes terapéuticos combinando este principio activo con nanotecnología.
Específicamente, emplean liposomas y nanoestructuras por las particularidades que tienen para encapsular y mejorar el sistema de vehiculización de las propiedades canábicas, favoreciendo una mayor absorción y potencia en sus efectos medicinales. Pero a su vez, se encuentran desarrollando un novedoso aparato para que las personas puedan hacer extracciones por cuenta propia y desde sus casas.
"Estamos en vía de consolidarnos como empresa y en la actualidad comandamos dos proyectos. Uno de ellos tiene que ver justamente con la producción de formulaciones a base de cannabis para uso medicinal y terapéutico y el otro con el armado y venta de un desarrollo que le permitirá a las personas extraer los principios de esta planta en sus hogares", señaló el biotecnólogo y doctor en Ciencias Biológicas, Federico Karp.
Los demás integrantes de Scitiva son el biotecnólogo, Juan Manuel Battagliotti, el licenciado en Administración de Empresas, Santiago Ramayo Santiago Ramayo y la diseñadora industrial, Valeria Rodríguez.
Un paso al frente
Los comienzos del equipo se remontan cinco años atrás, cuando Karp y Battagliotti entraron en contacto con un kinesiólogo, quien les comentó los alivios en los dolores musculares y de articulaciones que venían experimentando algunos pacientes que utilizaban cannabis medicinal. Fue en ese momento, que ambos decidieron llevar al ámbito científico esta planta, con el objetivo de realizar investigaciones y realizar posibles mejoras en sus efectos.
"Nos dimos cuenta que podíamos combinar las propiedades terapéuticas asociadas a los cannabinoides, con las ventajas que ofrece la nanotecnología".
El emprendimiento quedó en stand by algunos meses por la demora en el tratamiento político para legislar su uso y las prácticas en torno a este cultivo. Sin embargo, poco a poco la discusión comenzó a avanzar y los emprendedores vieron que contaban con el camino más allanado para volver al laboratorio. Fue en ese entonces cuando decidieron profesionalizarse y sumar a Ramayo como la pata empresarial de la startup.
"Nos dimos cuenta que podíamos combinar las propiedades terapéuticas asociadas a los cannabinoides, con las ventajas que ofrece la nanotecnología y crear productos naturales e innovadores con un alto grado de sofisticación en su formulación final y en base a un proceso amigable con el medio ambiente", contó Karp.
A partir del contacto con la empresa Lipomize, especializada en tecnología liposomal y ubicada en el Parque Tecnológico Litoral Centro, el año pasado Scitiva pudo empezar a adentrarse en este nicho y a realizar distintas pruebas para comenzar con el desarrollo de productos, teniendo a la etapa comercial como objetivo final.
"Ya con un prototipo de formulación diseñado, nos presentamos al concurso UNL Potencia 2020, organizado por la Universidad a través de la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica. Es una herramienta que sirve porque la institución brinda acompañamiento a ideas incipientes para escalarlas y, en caso de que todo resulte bien, se pasa a la etapa de incubación en el Parque Tecnológico, en este proceso estamos", detalló Battaglioti.
Un desarrollo distintivo
Karp señaló que el ámbito del cannabis medicinal tiene mucha demanda, no solo en lo que refiere a extractos, sino también a partir de otros formatos como cremas, tinturas y hasta en comestibles. También destacó que si bien la legislación avanzó mucho en los últimos años en lo que refiere a su regulación, todavía queda camino por recorrer ya que hoy en día solo los laboratorios están habilitados a comercializar productos en este segmento.
En este sentido, los socios consideraron que era conveniente apostar a nuevos desarrollos que pudieran tener una inserción más rápida en el mercado y así surgió la idea de hacer un kit para que la gente pudiera realizar sus extractos en la casa. Según destacó Battagliotti, la idea surgió debido a que la regulación vigente permite a las personas tener un número limitado de plantas para cultivo en sus casas.
"Como vimos que el extracto que nosotros desarrollábamos iba a ir por un camino más lento nos la jugamos con este kit. Lo que buscamos es facilitar un proceso que es complejo y permitirle a la personas obtener, de una forma semi automatizada, extractos caseros para luego formularlos como ellos quieran", sostuvo el biotecnológo y agregó que actualmente se encuentran en la fase de prototipado.
Los socios prefirieron no revelar muchos detalles sobre su funcionamiento y esperar a tenerlo en un estadío más avanzado. Sin embargo, Karp destacó que ofrecerán una solución muy innovadora para sector canábico y que promete dar de que hablar: "Buscamos generar una experiencia sencilla, práctica y profesional. Ingresás al kit con los cogollos y el alcohol y salís con el extracto listo para ser usado".
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