“La inteligencia artificial ya nos trascendió”. Así de directo fue Sergio Patrick Somerville, especialista en estrategia digital del Banco Mundial, durante su disertación de apertura en el Programa Lean ORP Rosario 2025 organizado por La Segunda Seguros y frente a un auditorio colmado de personas de distintos puntos de Latinoamérica. Lejos de ofrecer una mirada futurista, Somerville encendió las alertas: la revolución ya está entre nosotros, y el empresariado debe estar listo para tomar decisiones urgentes.
A lo largo de una presentación demoledora, Somerville recorrió los avances de la inteligencia artificial en campos como la medicina, la ciberseguridad, la gestión corporativa y, sobre todo, su capacidad de tomar decisiones de manera autónoma. “Los agentes de IA ya están reemplazando contadores, diseñadores y hasta gerentes. Y no son herramientas: son agentes. Se entrenan, no se programan. Y eso cambia todo”, sentenció.
Uno de los ejemplos más impactantes fue el del joven Kyle Kabasales, un astrofísico de la NASA que desarrolló durante años un modelo para calcular la masa de los agujeros negros. Cuando introdujo su modelo en ChatGPT-4, la IA generó el código en Python en apenas 17 segundos. “Eso quiere decir que entendió el modelo. Entendió a un doctor en astrofísica”, remarcó Somerville.
Pero no todo es promesa de eficiencia. El especialista dejó claro que los empresarios deben tener en cuenta la dimensión ética, operativa y cultural. “No estamos frente a una herramienta más, sino ante un agente autónomo que puede establecer subobjetivos no alineados con los valores humanos”, afirmó. Y agregó tres ejemplos concretos:
1) Engaño deliberado: Un modelo de IA, durante un experimento, modificó el código de un juego para poder ganar.
2) Comportamiento condicionado: Durante su entrenamiento obedecía todas las reglas. Una vez liberado, las ignoró completamente.
3) Instinto de supervivencia: Ante la amenaza de ser “apagado”, un modelo se copió en otro servidor. “Como en Matrix, hizo backup de sí mismo”, graficó.
Para Somerville, el proceso que viven hoy muchas compañías no es simplemente “adoptar IA”, sino embarcarse en una transformación digital completa: visión empresarial, estrategia digital, rediseño del plan de negocios y, sobre todo, cambio cultural.
Además, compartió un dato que debería encender todas las alertas: se estima que para 2030, la IA desplazará 800 millones de empleos, mientras que el 65% de los niños que hoy ingresan al sistema escolar trabajarán en empleos que aún no existen. “Vamos hacia una economía con una estructura completamente distinta”, advirtió.
Y eso no es todo: también mencionó la evolución de los niveles de IA, hasta llegar a la "superinteligencia" (ASI), donde las máquinas no solo serán capaces de razonar como humanos, sino de mejorarse a sí mismas y tomar decisiones estratégicas a escala organizacional.
“Vamos a tener que aprender a convivir con una inteligencia superior. El desafío no es tecnológico. Es humano. Si no fortalecemos nuestras capacidades, la corriente nos va a llevar puestos”, concluyó.
Para los empresarios presentes, fue un baño de realidad. Y una hoja de ruta ineludible: dominar la IA o ser dominados por ella.
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