Inflación en Santa Fe: ¿qué rubros se ubicaron por encima del número oficial?

A nivel provincial, el índice de inflación fue muy similar al informado por el INDEC a nivel nacional, pero hay rubros que aumentaron más

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En el mes de octubre de 2024, la provincia de Santa Fe registró un incremento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 2,6% respecto al mes anterior. De esta manera, el guarismo registrado es similar al informado por el INDEC a nivel nacional (2,7%), siendo el más bajo de los últimos tres años.

Si bien se alinea con el índice nacional, muestra ciertas particularidades que merecen atención. Algunos rubros experimentaron variaciones mucho mayores, lo que trae desafíos específicos para los negocios locales y sus costos operativos.
 

Vivienda y servicios básicos: la mayor presión en el presupuesto

Uno de los sectores que más preocupa es el de vivienda y servicios básicos, que registró un incremento del 5,6%, siendo el de mayor variación en el IPC de Santa Fe. Este aumento refleja el impacto de las tarifas de servicios públicos y el alquiler sobre los costos operativos y el poder adquisitivo de las familias y las empresas.

Para un negocio, especialmente uno que dependa de locales físicos o plantas de producción, los costos de electricidad, gas y agua pueden representar una porción significativa del gasto mensual.

Según algunos empresarios del sector industrial, "la suba de tarifas se siente directamente en el precio final de nuestros productos", obligándolos a ajustar precios o reducir márgenes.

Además, muchos comercios y pequeñas empresas se ven obligados a negociar alquileres en medio de un contexto inflacionario, donde los propietarios intentan mantener el valor real de sus ingresos. Este contexto es particularmente desafiante para los emprendedores que buscan expandir sus operaciones, ya que, en palabras de un comerciante local, "los alquileres siguen una dinámica propia que muchas veces no se ajusta al nivel general de inflación".

Indumentaria: el desafío de mantener precios competitivos

El rubro de indumentaria experimentó un incremento del 3,9% en octubre, una suba que impacta tanto a comerciantes como a consumidores.

Este sector enfrenta presiones de costos en toda su cadena de valor, desde la importación de materias primas hasta los costos logísticos.

Con las restricciones a la importación y las fluctuaciones del tipo de cambio, los costos de reposición de stock aumentan, obligando a los comerciantes a subir precios para mantener márgenes de rentabilidad.

Además, en un contexto donde el poder adquisitivo se encuentra en caída, los consumidores optan por priorizar gastos básicos, afectando las ventas de indumentaria. Algunos empresarios de este sector señalan que "la inflación nos obliga a ser muy cuidadosos con los precios; de lo contrario, el cliente se retrae". Esto implica que los negocios de ropa deben buscar formas creativas de atraer y retener clientes, como descuentos y estrategias de fidelización, aunque esto pueda implicar una reducción en sus ganancias.

Atención médica y salud: una presión adicional para las empresas

El sector de atención médica y gastos para la salud mostró un incremento del 3,5%. Para los empleadores que ofrecen cobertura médica a sus empleados, esta suba representa un desafío adicional.

Las empresas que incluyen planes de salud en sus paquetes de beneficios deben enfrentar el aumento en las cuotas de las prepagas, lo cual impacta directamente en sus costos operativos.

Empresas que buscan mantener a su personal motivado y satisfecho encuentran en la cobertura médica un beneficio clave, pero el aumento constante de estos costos hace que muchos se cuestionen la viabilidad de continuar ofreciendo este tipo de prestaciones. Esto obliga a las empresas a evaluar estrategias alternativas de beneficios que no aumenten de manera tan significativa sus gastos. Según el dueño de una pyme local, "cada año es más difícil mantener beneficios que antes eran básicos para retener al personal".

Alimentos y bebidas: el desafío de la estabilidad en productos esenciales

A nivel provincial, alimentos y bebidas también registró un aumento del 2,6%, igual al índice general, aunque este valor es solo un promedio que no siempre refleja la realidad de productos clave. En un contexto donde el precio de la canasta básica afecta directamente la capacidad de compra de los hogares y los empleados, cualquier suba en alimentos impacta en el poder adquisitivo general.

Para los negocios del rubro gastronómico, supermercados y tiendas de barrio, el incremento en el costo de los alimentos no solo reduce el margen de rentabilidad, sino que también afecta la demanda, ya que los consumidores tienden a reducir su consumo o buscar alternativas más económicas. Algunos restaurantes locales han optado por modificar sus cartas para adaptarse a un público más sensible al precio. Como expresó un chef de la ciudad, "intentamos ofrecer opciones accesibles, pero la calidad y el sabor tienen su costo".

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