¿El ajuste nos salva o nos hunde? El impacto del ajuste fiscal sobre salarios y consumo en Argentina

Con salarios en caída, inflación y recortes del gasto público, el gobierno enfrenta un panorama complejo: ¿Es esta la peor crisis desde los 90? Analizamos los datos que golpean a la economía argentina

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En su último "Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía", la organización MATE presenta un panorama alarmante de la situación económica argentina. Con un brutal ajuste fiscal y una devaluación del 2% mensual, la inflación continúa su avance imparable, acumulando un incremento del 144,4% desde la asunción de Javier Milei, un inicio que ya se posiciona como el peor de cualquier gobierno desde la década de 1990. Esta situación ha generado un impacto significativo tanto en los salarios como en el consumo de la población.

En el sector privado, los trabajadores han comenzado a recuperar lentamente parte del poder adquisitivo perdido durante la devaluación de diciembre, gracias a las mejoras en las negociaciones colectivas. Sin embargo, el salario en el sector público se encuentra bajo mayor presión debido al ajuste fiscal y la asfixia financiera impuesta sobre las provincias. Según el informe, desde diciembre de 2015, cada trabajador registrado en el sector privado ha perdido, en términos reales, 16,7 millones de pesos, mientras que los trabajadores estatales acumulan una pérdida de casi 30 millones de pesos.

Las consecuencias de estas políticas se reflejan en múltiples indicadores económicos. La caída del salario durante el gobierno de Milei ha provocado una transferencia masiva de ingresos: 22,1 billones de pesos se han evaporado del bolsillo de los trabajadores, según MATE, mientras que el Estado dejó de percibir 4,8 billones en concepto de aportes y contribuciones. Además, las obras sociales y sindicatos también sufrieron pérdidas sustanciales, con 1,4 billones y 300.692 millones de pesos menos, respectivamente.

El ajuste no solo está afectando a los trabajadores activos, sino que también golpea duramente a los jubilados. La jubilación mínima ha perdido un tercio de su poder de compra, y la caída durante los primeros nueve meses del gobierno de Milei se destaca como la más profunda de los últimos 30 años. En paralelo, el consumo privado, un componente clave del Producto Bruto Interno, ha registrado una caída del 10% en el segundo trimestre de 2024 comparado con el año anterior, un desplome solo comparable con los peores momentos de la pandemia.

La inversión, otro pilar fundamental para el crecimiento económico, también se encuentra en crisis, con un descenso del 30% en el segundo trimestre de 2024. Lejos de transmitir estabilidad, el ajuste y la caída salarial han generado un escenario de mayor fragilidad económica, tal como lo destaca el informe.

La tasa de desempleo ha seguido una tendencia al alza, alcanzando el 7,6% de la población económicamente activa en el segundo trimestre, con las mujeres siendo las más afectadas (8,4%). La pobreza, que ha trepado al 53%, junto con la indigencia duplicándose en tan solo seis meses, representan los indicadores más duros y desalentadores de la crisis actual.

En conclusión, el análisis de MATE resalta que las políticas de ajuste y los recortes fiscales implementados no solo están deteriorando el poder de compra de los trabajadores y jubilados, sino que también amenazan la estabilidad económica del país, frenando la inversión y el consumo. En medio de este escenario, la pregunta es si estas medidas son sostenibles en el tiempo o si conducirán a una profundización aún mayor de la crisis.
 

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