LETIS es una empresa rosarina dedicada a la certificación y auditoría de normas internacionales de calidad y sustentabilidad en alimentos y procesos. Orientada principalmente al mercado de los productos orgánicos, hoy tiene llegada a todos los continentes y cuenta con oficinas en países como Chile, Perú y en Turquía. Además, cuenta con el diferencial de ser una firma comandada por una generación de mujeres.
De hecho, su fundadora, Patricia García, es una destacada referentes empresarial que desde hace 13 años participa y se desempeña como presidenta de la Organización de Mujeres Empresarias Argentinas (Oame). Hoy en día, su hija, Gretel Clausen, pasó a hacerse cargo de la empresa que posee un equipo de trabajo principalmente femenino y acaba de ser elegida por la comunidad emprendedora, Endeavor, en el marco de su programa HIT (High Impact Training).
Se trata de una iniciativa que está dirigida a empresas que están creciendo y consolidando su modelo de negocio y a las cuales la organización acompañará a partir de capacitaciones con expertos y consultorías grupales. El objetivo es ofrecerles un espacio de intercambio para compartir experiencias en comunidad y potenciar su crecimiento.
“Nos presentamos a Endeavor porque en estos momentos estamos haciendo la transición generacional de la empresa, yo estaba como gerente de Desarrollo Comercial y Estratégico y ahora pasé a quedar a cargo como directora general adjunta, mientras dure este proceso. Como cada generación nueva que asume al frente, quiero implementar algunos cambios y mejoras y el apoyo de Endeavor nos pareció una muy buena herramienta”, señaló Clausen a Ecos365.
En el camino a lograr una mayor eficiencia, la empresaria contó que adquirieron un programa holandés que les permitirá centralizar el trabajo técnico que realizan con las demás áreas de la firma como recursos humanos y administración, entre otras. “Al encontrarnos en pleno crecimiento necesitamos aumentar los niveles de control de todos los procedimientos que llevamos adelante. Nuestros competidores son internacionales y necesitamos estar a la par para poder hacerles frente.”, destacó Clausen.
Afianzada en el mercado orgánico
Con 25 años de trayectoria a cuestas, LETIS brinda servicios de auditoría de proveedores, los cuales se encargan de verificar que la producción de las industrias cumpla con las exigencias de calidad establecidas para certificar. A su vez, está acreditada por organismos oficiales en lo que refiere a certificaciones de productos y procesos bajo una gran variedad de sellos nacionales e internacionales como: Global G.A.P, Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas en Manufactura (BPM), entre otras.
Sin embargo, el campo que más las destaca es el de los orgánicos. Según explicó la directiva, entre otros requisitos, para que una empresa pueda certificar en este nicho debe probar que no se utilizó ningún tipo de agroquímico durante el cultivo ya que la producción orgánica hace hincapié en lograr el combate con las plagas a partir de insumos naturales.
También destacó que solo los productos que se certifican pueden comercializarse como orgánicos en las diferentes tiendas, aunque muchas veces sucede que algunos, pese a no contar con las etiquetas correspondientes, se venden bajo esta premisa.
"Es muy común que en verdulerías encuentres carteles que dicen que tal verdura es orgánica, pero en realidad si no hay certificación que lo avale solo se puede decir es que es verdura agroecológica. También pasa que muchos súpers venden productos que vienen con el etiquetado orgánico pero por desconocimiento no lo comunican entonces se exhiben como el resto y la gente lo consume sin saber de sus propiedades", explicó la empresario.
Según señaló, si bien el consumo de productos orgánicos viene creciendo en Argentina y cada vez son más las personas que se interesan por este modelo de producción, aún se está lejos del avance de otros países. "Argentina es el segundo país en cantidad de superficie orgánica certificada del mundo, por detrás de Australia, pero el 98% de ese volumen se exporta y solo un 2% queda para consumo interno", explicó Clausen.
En este sentido, consideró que muchos consumidores aún no conocen lo que significa consumir un producto orgánico y sostuvo que el precio también es un problema ya que muchas veces se prioriza el costo antes que la calidad. "Cuando consumís un producto procesado orgánico evitás ingerir ingredientes artificiales y es sin dudas mucho más saludable para el organismo. En Europa es muy común que una marca tenga su versión ‘convencional’ y su versión orgánica, acá todavía falta para llegar a eso, pero vamos en camino”, precisó.
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