El proyecto de ley impositiva de Santa Fe para 2025 introduce una reforma significativa en la tributación de las operaciones de compra-venta de autos usados, buscando simplificar y dinamizar el mercado de vehículos de segunda mano. Hasta ahora, los concesionarios que compraban un auto usado debían tributar sobre el valor total de la venta, lo que desalentaba estas transacciones e incentivaba un sistema de consignación en el que el concesionario mantenía el auto sin transferirlo a su nombre. Esto generaba una cadena de riesgos legales para el vendedor, que seguía siendo responsable del vehículo hasta que se completaba la venta definitiva.
Con el nuevo régimen propuesto, se establece una base imponible diferencial, es decir, los concesionarios pagarán impuestos únicamente sobre la diferencia entre el precio de compra y el de venta, con un mínimo del 10% del valor de la transacción.
“La idea es que, si compro el auto a 10 millones y lo vendo a 11, solo pague el impuesto sobre el millón de diferencia”, explicó uno fuente del Ministerio de Economía provincial. Este esquema impositivo, similar al IVA sobre margen de ganancia en otros sectores, es un cambio largamente esperado por los concesionarios, quienes consideran que permitirá formalizar muchas operaciones que antes se realizaban con fórmulas alternativas.
La medida, además de reducir la carga tributaria, busca minimizar los riesgos y la desconfianza entre los concesionarios y los vendedores. El nuevo régimen busca incentivar a que las concesionarias tomen los vehículos a su nombre, ofreciendo mayor seguridad jurídica al comprador, que tendrá la certeza de que la transacción será debidamente registrada y que el concesionario asumirá la responsabilidad legal sobre el auto durante el proceso de venta.
Para los pequeños empresarios del rubro automotor, este cambio es un alivio frente a las cargas fiscales previas y una oportunidad para profesionalizar aún más el sector. Sin embargo, algunos críticos cuestionan si este régimen realmente beneficiará a todos los vendedores o si, al final, solo las grandes concesionarias serán las más favorecidas. En cualquier caso, esta reforma representa un intento del gobierno santafesino de adaptarse a las necesidades del mercado de autos usados y promete tener un impacto positivo en el volumen de operaciones dentro del sector.
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