Lluvias para el campo: anticipan un evento "Niño" para el trimestre invernal

Disipada ya la Niña las lluvias comienzan a normalizarse en el este del país, pero no en el oeste de la región agrícola de secano

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En su informe del 5 de junio, la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) indicó que el mes de mayo concluyó con precipitaciones abundantes hacia el sur de la Mesopotamia, el noreste y el centro-este de la Región Pampeana. Además, tras catorce meses consecutivos de registros deficitarios, se verificaron precipitaciones superiores a los valores normales —o anomalías positivas— en el este de la zona núcleo. Mientras tanto, prevén que con un 89% de probabilidades ocurriría un evento Niño en el trimestre junio, julio y agosto.

Según Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, a nivel general, aumentaron los niveles de humedad en la capa arable de los suelos en el sur de la Mesopotamia, en el noreste y en el centro-este de la Región Pampeana. Asimismo, se registraron anomalías positivas en el este de la zona núcleo. En consecuencia, esto resulta en una mejora de las perspectivas para la siembra de la campaña fina 2023/2024.

“Sin embargo, existe un gradiente hacia el oeste de la Región Pampeana: Córdoba y el noroeste y el oeste de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, donde las precipitaciones fueron escasas o nulas, no recuperaron todavía los niveles de humedad compatibles con un buen escenario para comenzar la siembra”, agregó.

En este marco, Liliana Spescha, coautora del informe junto con Adela Veliz, Gastón Sosa y María Elena Fernández Long —docentes de la misma cátedra de la FAUBA—, se refirió a la evolución del almacenaje de agua en el suelo en dos localidades de la zona núcleo. “Tomando el perfil hasta 1 metro de profundidad, Junín, en la provincia de Buenos Aires, ya está fuera del estado de sequía condicional. Esto es importante porque en esta localidad, los niveles de reserva se habían mantenido por debajo del punto de marchitez casi continuamente desde el inicio de la campaña pasada”.

“En cambio, en Marcos Juárez, provincia de Córdoba, el estado de humedad del suelo se encuentra muy cercano al punto de marchitez permanente”, señaló Spescha.

El Niño está por llegar

Fernández Long, por su parte, profundizó en el monitoreo de las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial, uno de los principales indicadores climáticos: “A mediados de mayo, las temperaturas inferiores a las normales se disiparon, y actualmente están teniendo lugar temperaturas más elevadas en las regiones del Pacífico oriental y central. Y en el Pacífico occidental, los valores se encuentran en el rango neutral para El Niño-Oscilación del Sur, también llamado ENOS”.

En este sentido, la docente de la FAUBA explicó que las variables oceánicas y atmosféricas claves son consistentes con el desarrollo de las condiciones de El Niño. “El mes pasado, el Climatic Prediction Center emitió una alerta de El Niño indicando el inicio de la fase cálida del ENOS. Para el próximo trimestre, entonces, el pronóstico oficial del ENOS que difundió el 11 de mayo el International Research Institute for Climate and Society —o IRI, por sus siglas en inglés— indica que existe una probabilidad del 89% para que se desarrolle un evento Niño”.

Fernández Long también resumió los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. “Para el trimestre junio, julio y agosto se prevén precipitaciones superiores a los valores normales en la Mesopotamia, gran parte de la Región Pampeana, el sur de Cuyo y la Patagonia. Mientras tanto, en el oeste de la Región Pampeana —es decir, Córdoba y el oeste de Santa Fe—, el centro-norte del país y el sur de la Patagonia, las precipitaciones se encontrarían dentro de sus valores normales”.

Y a modo de cierre, la docente afirmó que las temperaturas medias continuarían siendo superiores a los valores normales en la Mesopotamia, en la Región Pampeana, en el NOA y en Cuyo. En la Patagonia y en el centro-norte del país estarían dentro de los registros normales.

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