Rosario es de Central. En el Coloso, y por la fecha 24 del torneo de primera división, el Canalla ganó el clásico de la ciudad por 3 a 1 y se regaló su propia fiesta en el Parque. Con estos tres puntos, el auriazul pisa con mayor firmeza en puestos de Conmebol, mientras que la Lepra quedó relegada en la lucha por el campeonato.

La escuadra de Montero venció por los goles de Federico Carrizo a los 9 minutos, Marco Ruben a los 30' y Germán Herrera con el tiempo cumplido en el segundo tiempo; Mauro Formica logró descontar a poco de cumplirse los 90 minutos. Fue expulsado José Leguizamón a los 83 minutos de partido.

Con estos tres puntos, los de Arroyito alcanzaron las 37 unidades y están clasificándose a la copa Sudamericana; los locales, por su parte, ahora están terceros con 45, a cinco de Boca (que jugaba luego contra River) y sufrieron su segunda derrota consecutiva.

El por qué

Central lo ganó con justicia, pese a que el partido pareció comenzar favorablemente para el local, ya que Mauro Formica tuvo una gran chance a los 50 segundos de juego: Diego Rodríguez le atajó el disparo cruzado y en el rebote, Menosse salvó ante la arremetida de Amoroso. Pero a partir de ahí, el auriazul fue mejor.

El primer gol llegó a los 9': Quignon falló en la salida y Camacho cedió para Carrizo, quien definió fantástico, cruzado a la ratonera del palo izquierdo. El gol fue un golpe durísimo para Newell's, que se adelantó sin ideas y dejó huecos para la contra. Y el segundo llegó de un córner corto jugado para Colman, que le metió un pase a la cabeza a Marco Ruben. Fue un mazazo para los de Osella, que se fueron al descanso con todas las dudas a flor de piel.


Lo de la escuadra de Osella fue muy flojo: en el primer acto quedó muy sentido por los dos tantos y en el segundo, sin el lesionado Quignon, casi no inquietó al Ruso hasta que lo echaron a Leguizamón. Allí encontró fuerzas para meter a su rival contra su arco y pudo descontar por Formica. Pero el envión le duró muy poco, porque a la salida de ese tanto, una contra fulminante de Herrera sentenció la historia.



Central lo ganó porque lo jugó como una final: metiendo durante los 90' minutos, en cada sector de la cancha; concentrado, eficiente en la marca, inteligente para lastimar donde más lo costaba a Newell's y muy contundente; del lado ñubelista, fracasaron sus mejores hombres, no pudo hallar los espacios y no hubo energías para reaccionar ante la adversidad.

Un triste final

El pleito se cerró con una imagen lamentable: desde la tribuna del Palomar arrojaron estacas y una lata al arquero Rodríguez, lo que provocó que Beligoy se dirigiera fuera del campo a hablar con el encargado de la seguridad. Y en ese momento, uno de los jueces de línea recibió un impacto desde la platea Martino, lo que provocó que el juez diera por terminadas las acciones.