El clásico rosarino del domingo próximo entre Rosario Central y Newell's podría no jugarse en la ciudad. Tampoco en la provincia. A raíz de la férrea posición del gobierno de Omar Perotti de evitar cualquier tipo de aglomeración en los eventuales festejos, el duelo más esperado del año por los rosarinos volvería a mudarse como ocurrió con el último choque entre ambos de Copa Argentina.
En el marco de las restricciones y el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuestos para mitigar la segunda ola de la pandemia de covid-19, el subsecretario de Seguridad de Santa Fe, Diego Llumá, se pronunció luego de la reunión que mantuvo con los encargados de seguridad de Central y de Newell's.
"Les pedimos a las más altas autoridades de la AFA y de la Liga Profesional que el clásico se juegue de noche, en la franja horaria de 20 a 21, para que podamos controlar mejor y evitar las aglomeraciones, pero esto no está definido y se puede llegar a suspender el partido", advirtió el funcionario.
Por su parte, una fuente canalla anticipó a Télam: "La provincia no quiere que el partido se juegue en Santa Fe y la AFA nos dijo que el partido se tiene que jugar, así que podría jugarse en Buenos Aires o hasta en Mendoza".
Una versión que circulaba este miércoles por la noche menciobana al nuevo estadio de San Nicolás, ciudad del norte bonaerense pero cercana, como posible escenario del duelo rosarino.
Las autoridades santafesinas también pidieron a directivos del fútbol y de la televisión que "el partido se televise en forma abierta, para evitar desplazamiento de gente hacia los bares, pero hasta ahora no consiguieron destrabar esa negociación", abundó un vocero cercano al gobierno provincial.
El último antecedente en este sentido es el clásico rosarino de la Copa Argentina, disputado en la cancha de Arsenal de Sarandí en la edición 2018. En esa oportuidad, el detonante del cambio de escenario fue la inseguridad.