Santiago Gentiletti atraviesa la cuarentena como la gran mayoría de todos los argentinos: dentro de su casa, junto a su familia. Y como futbolista profesional de Newell's tiene la obligación laboral de entrenarse por la suya, siguiendo la planificación entregada por el cuerpo técnico del club y tratando de acomodarse a la nueva rutina de estar con toda la familia junta todo el tiempo.
En Antes de Salir (El Tres), el zaguero oriundo de Gödeken contó la intimidad de este momento tan especial: “Me quedé en Funes. No pudimos irnos al pueblo porque estábamos con el tema de la escuela de los nenes, que iban o no, y una vez que entramos en cuarentena no nos fuimos más. Mi hermana estaba con nosotros cuando se decretó y se quedó acá también”, expresó.
El futbolista explicó que una vez al día debe ponerse a ejercitar el físico en su ámbito privado: “Entrenando en casa. El club nos abasteció de todo para tener todos los materiales para mantenernos en este período. Nos monitorean el profe y el nutricionista, nos preguntan todo el tiempo. Y hay momentos en que lo hago a la mañana, otros en la tarde. Son una hora y media o dos horas”.
“Como a mi hijo le gusta el fútbol, aprovechamos y nos ponemos a jugar a la pelota juntos. Por suerte el espacio que tenemos me permite hacer varias cosas, aunque obvio que no es lo mismo que la cancha”, añadió.
La posibilidad de pasar muchas horas en familia está dentro de las cosas positivas de la restricción de salida: “Estamos disfrutando de los chicos, haciendo cosas con la familia que a veces no podemos hacer. Tratamos de hacerlos divertir, que no sea todo televisión o jueguitos electrónicos: empezamos a inventar cosas hasta que a la noche terminamos con el juego de mesa y a dormir. Por momentos se hace divertido, pero por momentos se hace un poco largo”.
Según el ex San Lorenzo y Gimnasia, sus hijos entendieron perfectamente la gravedad de la situación: “ La nena de 3 años ayer hablaba con los abuelos y les decía que estaba encerrada por el coronavirus. Les explicamos normalmente, que es una enfermedad que se contagia muy rápido y puede ser grave para distintas personas y cuáles son los cuidados, que hay que cantar el Feliz Cumpleaños cuando se lavan las manos. Lo están llevando bastante bien, lo supieron entender”.
Finalmente, comentó que sus amigos de Italia y España (jugó en Genoa, Lazio y Albacete) admiten que la situación los desbordó: “Me pude comunicar con amigos de allá y la verdad que subestimaron el virus, su propagación, el grado de contagio. Cuando empezaron a darse cuenta de que era grave, ya era tarde”.
“Más allá de lo dañino del virus, están colapsando todos los hospitales. La sanidad es una locura: incluso están eligiendo quién vive y quién muere. Es muy complicado. Imaginate que tenés a tu viejo de 65 años y a tu hijo de 15, y para tu viejo no hay camas. Por suerte lo pudimos agarrar más a tiempo acá”, concluyó.