Un día como hoy pero dentro de 7 días, la política santafesina se convertirá en una enorme galería de novedades, en especial en el peronismo, Juntos por el Cambio y el Frente Progresista.
En lo formal se definen candidaturas para las elecciones generales de noviembre, pero la vasta experiencia que la provincia tiene en elecciones primarias demuestra que más allá de cómo queden conformadas las listas legislativas, están en juego liderazgos y cuotas de poder. Lo que antes se definía a puertas cerradas en los partidos, no siempre de forma democrática, y luego se ofrecía como menú exclusivo a la ciudadanía general, ahora está atravesado por el voto popular. De ahí que los resultados de una primaria abierta, simultánea y obligatoria siempre habilitan más de una lectura al mismo tiempo.
Las elecciones primarias tienen un lado flojo: es un sistema electoral diseñado para mejorar la participación de las minorías partidarias a través de la competencia de cara a la sociedad. Sin embargo, en muchos casos las fuerzas políticas esquivan esa competencia, lo que afianza la idea de que son innecesarias, o un gasto sin sentido.
El caso es que Santa Fe 2021 desafía esa corriente de pensamiento y será una experiencia de estudio por el hecho de que en los tres grandes espacios electorales hay competencia y competitividad, en calidad y cantidad. Son aspectos relevantes para diferenciar lo que ocurre en estos tres frentes con otros “menores” que montan una competencia artificial, probablemente destinada a cobrar los votos obtenidos o alquilar listas a candidatos sin partido.
Sin pretender agotar las causas, una explicación del inédito escenario electoral de Santa Fe 2021 en las categorías de diputados y senadores nacionales, tiene su raíz en el cierre de un ciclo político y el reemplazo por otro que nació sin liderazgos o jefaturas consolidadas y que por tanto está abierto a discusión, tanto en los nombres como en los modos.
El cambio de ciclo fue empujado por un puñado de sismos políticos. Los cambios de gobiernos provincial y en las municipalidades de Rosario y Santa Fe en 2019, y la muerte de Miguel Lifschitz. El ex gobernador era el gran elector del Frente Progresista pero también era silenciosamente “cuidado” y la esperanza de los demás espacios de la oposición. No sólo porque respetaban su trayectoria como gobernador y su capital electoral, sino porque todos veían en él la carta de futuro para disputarle la Gobernación al peronismo en 2023.
En el peronismo
Es probable que el gobernador Perotti haya decidido dar por concluida la experiencia de “unidad en la diversidad” que lo depositó en la Casa Gris y su reemplazo por un liderazgo personal cuando sintió que con la desaparición física de Lifschitz el azar le despejaba la pista para hacer y deshacer. Automáticamente la disputa se trasladó puertas adentro del PJ.
Es eso lo que está en crisis en el peronismo en estas primarias: la sobrevivencia de la unidad en la diversidad o un liderazgo unipersonal. Es a partir de ahí donde se define todo el resto: desde el perfil del gobierno provincial en los últimos dos años, pasando por el papel de las distintas corrientes internas del PJ, hasta la sucesión en 2023.
Como esos sismos que corren el eje de la Tierra o modifican el paisaje, la interna del peronismo no volverá al estado de cosas del que partió. La elección del domingo próximo va a parir un nuevo mapa interno, con cuotas de poder dosificadas según los espacios que cada uno ocupa por los próximos dos años y lo que digan las urnas.
Lo que ya parece un hecho es que, gane o pierda la lista La Santa Fe que Queremos que encabezan Agustín Rossi y Eduardo Toniolli, se ha conformado un nuevo espacio en la vida interna del PJ santafesino. Si ganan, no hace falta explicarlo; y si pierden para defenderse de la esperable avanzada del perottismo.
En gran parte la interna del peronismo se define en Rosario. Es acá donde van a focalizar sus últimos esfuerzos ambas listas. Lewandowski buscará optimizar su capital electoral en la ciudad. Y el gobernador “acelerará en modo campaña a full”, según cuentan en la Casa Gris. El eje está claro: campaña provincializada, nada nacional y con eje en Billetera Santa Fe, vacunación y boleto escolar gratuito. Dicho sea de paso, el gobierno debería evitar desprolijidades como hacer publicidad electoral en centros de vacunación, según denunció un diputado radical. No define eso la elección y ensucia una campaña de vacunación exitosa y bien valorada.
Agustín Rossi, por su parte, también apostará fuerte en Rosario la última semana, con actividades lunes, miércoles y jueves, y el martes en Santa Fe. Refuerzo de presencia y los proyectos del espacio: creación de universidades en el interior de la provincia, aguinaldo para monotributistas y la campaña de vacunación son los ejes de la última semana, que iniciará hoy la acostumbrada charla en Facebook Live de los domingos a las 19.
En Juntos por el Cambio
En Juntos por el Cambio, la confrontación entre cinco listas expresa un mix entre arrastre del pasado y la conquista del futuro.
Cuando en 2019 Cambiemos perdió el gobierno nacional, el lugar de referente que ocupaba Federico Angelini es puesto en cuestionamiento desde la diversidad de sectores internos del PRO y de la UCR, sobre todo porque se trataba de un rol que no tenía origen en su proyección electoral o su carisma, sino por decisión del propio Macri y otros funcionarios que lo empoderaron y convirtieron en el puente por el que transitaban cargos, influencias, audiencias, contactos, candidaturas, etc.
Tras la derrota nacional, ese papel se redujo al vínculo con los principales referentes partidarios –como se vio la semana pasada en la visita de Macri y se verá el martes con la llegada de Patricia Bullrich–. Fue a partir de que se diluye esa enorme cuota de poder que ejercía Angelini que los demás referentes provinciales se animan a dar la discusión y Juntos por el Cambio Santa Fe se convierte en una maraña de internas donde pugnan aspiraciones personales y sectoriales. A eso se sumó que Angelini ya no tuvo capacidad de contener a todos, por eso varios dirigentes se corrieron para convertirse en una pata PRO de listas encabezadas por figuras de la UCR.
La pérdida del gobierno implicó un reseteo, un reinicio en el que todo está por conquistarse: liderazgos locales y provincial, alineamientos con referentes nacionales, candidaturas y bancas legislativas. Es lo que expresan las cinco listas que compiten por diputados y senadores y las ocho en el Concejo de Rosario.
Cuando hay tanta disputa es porque hay qué disputar. En JxC está en juego –como principal premio aunque no es el único– la emergencia de una figura electoral para disputar la Gobernación en 2023. Y quien sea bendecido en las urnas corre con dos “ventajas”: el espacio vacío que se abre a disputa en todo el arco opositor al no estar Lifschitz y la impronta cuasi monopólica del voto antiperonista que tiene JxC a nivel país.
Ninguna de las listas desistió de la foto de Macri con sus candidatos de origen PRO en Rosario; todo lo contrario y a pesar de su imagen negativa alta en el electorado general. En un contexto de interna, Macri suma y convoca al voto ultraconvencido y fidelizado.
Anita Martínez, Gabriel Chumpitaz y el trío Corral-Roy López Molina-Lucila Lehmann posaron con el ex presidente. La foto les dio una chance de llegar al núcleo duro del PRO –punto fuerte de Angelini– pero también de evitar que éste monopolice la totalidad de la visita de Macri. Cuando Corral y López Molina escucharon que Macri dijo “los candidatos los eligen los santafesinos” salieron de la actividad organizada por la Fundación Libertad más contentos que dos perros con dos colas.
En el Frente Progresista
En el Frente Amplio Progresista la primaria delimitará liderazgos y el carácter de los mismos, ya que al morir Lifschitz no quedaron herederos “naturales”. La primaria podría empezar a perfilar un nuevo mapa de poder interno, pero desde ya que ninguno se llevará un cheque en blanco.
Por el lugar institucional que ocupa, Pablo Javkin corre con ventaja por encima de otros referentes para aspirar a ese título. El socialismo hará valer su organización e historia y no le permitirá que se corte solo. Cuotas de poder y mecanismos de decisión y participación en el nuevo ciclo que se abrió es lo que está en pugna.
Con la elección a una semana, y probablemente números en la mano, la campaña del FAP que hasta aquí venía en tono bajo se alteró con los dardos que el precandidato a concejal Ciro Seisas y la presidenta del Concejo María Eugenia Schmuck dirigieron al socialismo. En el acto de ayer sábado on line, Clara García y la ex intendenta Mónica Fein respondieron con palabras de afecto hacia “Pablo” y la ratificación de que “a partir del 13 de septiembre vamos a estar todos juntos” para la elección de noviembre.
Además de configurar el reordenamiento del espacio, protagonismos, liderazgos y poder interno, la interna del FAP concentra otra curiosidad. Al tiempo que Javkin repatrió a Rubén Giustiniani y lo hizo candidato propio –conocido en toda la provincia a partir de ser el dirigente santafesino que más veces fue candidato en Santa Fe, con experiencia como diputado y senador nacional y partícipe de debates centrales de la Argentina de los últimos 20 años–; el socialismo, golpeado por la muerte y la derrota electoral, encontró en Clara García y sus notables ojeras la viva expresión de ese estado de pérdidas, y lo transformó en una alternativa electoral competitiva, al menos para lo que es una interna del FAP, donde hasta ahora el resulta está abierto.
No es un detalle menor que Mónica Fein acompañe al frente de la lista de diputados. Las encuestas le indicaron a los socialistas que agrega conocimiento y llega a sectores populares a partir de sus años como intendenta.
Hay otra curiosidad en la interna del FAP: “el legado” de Binner y Lifschitz, que en un contexto de interna cobra relevancia y es reivindicado por ambas listas.
El socialismo juega con una campaña híper emotiva y sobria que gira todo el tiempo sobre el legado, con el agregado de que la candidata es la viuda reciente de uno de ellos. En la vereda de enfrente Javkin, los radicales libres, el GEN, Si, Libres del Sur y los demás partidos hacen lo propio, no como eje central de la campaña porque el eje está en apuntalar la gestión municipal, pero de ninguna manera regalan el monopolio del legado. Todos se consideran parte de lo hecho y lo consideran patrimonio del Frente Progresista y no excluyente del PS.
En la recta final de una primaria que será observada por sus implicancias políticas, pero también como una curiosidad por la competitividad que presenta, captará atención el porcentaje de participación. Ningún encuestador obtuvo un dato duro que le diga que será baja o que haya una expresión de voto blanco o nulo diferente al de primarias anteriores. Sin embargo, hay factores a tener en cuenta.
Por un lado el covid, en especial los cuidados de los mayores que a pesar de la vacunación no quieren arriesgarse (esto ya se vio en las declinaciones a participar como fiscales). Por otro, una elección primaria y legislativa que siempre es menos atractiva sumado a que por la pandemia se amplían los locales de votación y quizás haya que trasladarse a una mesa o escuela que no es la habitual.