Un joven de 30 años fue imputado este viernes por estar sospechado de tener relación con el plan que terminó con dos balaceras en febrero pasado a la agencia de autos Firpo, ubicada en Oroño al 5500.

Si bien el fiscal no lo acusó por haber gatillado el arma, quedó preso porque le encontraron un arma sin documentación que acredite la tenencia; y por comunicaciones que tuvo con teléfonos que tuvieron escasos días de actividad y podrían estar implicados en los ataques a tiros a ese local comercial de la zona sur de Rosario.

Alejandro Fabián L. fue imputado este viernes por la mañana por el fiscal de Balaceras Pablo Socca y quedó tras las rejas de manera preventiva por 90 días, según la resolución del juez Héctor Núñez Cartelle.

El funcionario del Ministerio Público de la Acusación llegó a Alejandro L. porque en la investigación por las balaceras a la agencia de autos Firpo detectó líneas de teléfonos que podrían dar con los responsables de encargar o ejecutar los dos ataques a tiros. En ese marco, el teléfono del sospechoso llamó tres veces a un celular que únicamente se usó en el contexto temporal de las dos balaceras y desde el cual se hicieron algunas de las amenazas al dueño del local.


 

El sospechoso fue detenido por la División Complejas de la Agencia de Investigación Criminal en ADM Agro, donde trabaja. Luego, se allanó su domicilio situado en avenida Estación Las Carolinas, en la localidad de Piñero.

Al momento del arresto se le secuestró la billetera y su teléfono personal. En su casa se incautaron nueve celulares, un pen drive, un chip, tarjetas de memoria, un Handy, 300 dólares aparentemente apócrifos, un revólver calibre 32 con cinco cartuchos intactos y uno percutado, 16 cartuchos calibre 45 y un cartucho calibre 762.

Pegado a la propiedad se procedió a abrir un galpón –lo hizo la pareja del sospechoso– donde se encontraron una Toyota Hilux, un Peugeot 208 y un auto marca Fiat. Al momento de ese procedimiento apareció en el lugar Mario Alberto O., un hombre que dijo que todos los vehículos eran de él, ya que se dedicaba a la compra y venta. Sin embargo, no tenía la documentación que respaldara sus dichos en esas circunstancias.

Dentro del galpón se secuestró un teléfono. Y a Mario O. otros dos celulares. Ese hombre, que llegó en un Vento, aseguró ante los agentes ser paquetero y dedicarse a la compraventa de autos, está bajo investigación.