“Permanentemente tenemos que hacer un análisis de cuáles son los delitos y las prioridades para asignar recursos y formas de trabajo para optimizar resultados”, dijo este viernes la fiscal regional María Eugenia Iribarren. En tal sentido destacó la incorporación desde el miércoles, de la fiscal Carla Cerliani, que trabajaba ya en Delitos Sexuales, a la Unidad de Homicidios Dolosos, debido al alto número de víctimas mujeres, muchas de ellas, eslabones inferiores de economías delictivas.
En contacto con el programa De Boca en Boca (Radio 2), la jefa de los fiscales habló del contexto de urgencia que atraviesa la ciudad, con cada vez más casos por resolver, lo que motivó que las autoridades del Ministerio Público de la Acusación (MPA) designara a Cerliani en la Unidad de Homicidios, luego de una destacada labor en Delitos Sexuales.
La designación de Cerliani también obedece al aumento de crímenes con víctimas mujeres. El año pasado, según registros oficiales, 70 mujeres fueron asesinadas y en gran parte, las víctimas fueron eslabones inferiores y vulnerables de economías delictivas. “Sumarla a ella podría generar otra mirada en el análisis de los casos, obtener mejores resultados y atender a la problemática en particular”, expresó Iribarren que lamentó que pese a que los fiscales investigan cada vez mejor, la cantidad de crímenes torna más difícil los esclarecimientos. “Diez casos no es lo mismo que resolver 288 –la cifra de muertes violentas en 2022–; la eficiencia se va achicando porque los recursos son los mismos”, observó.
Los legajos de investigación de muertes violentas se incrementan casi a diario y se acumulan en los escritorios de los fiscales. En las últimas horas, un joven fue muertos a tiros mientras iba en bicicleta en barrio Santa Lucía, un territorio convulsionado por disputas entre grupos antagónicos vinculados con el narcomenudeo. Y otro hombre fue asesinado a tiros en Riobamba y Felipe Moré, un sector donde un puesto de venta de drogas actúa como usina de violencia. Estos dos homicidios pusieron en 51 la cifra de 2023, que sigue la tendencia alcista del año anterior, que fue el récord histórico en cantidad de crímenes. Una realidad criminal única en el territorio argentino, que no se ve en otras ciudades grandes como Córdoba o Capital Federal.
Aunque no negó la existencia de unos pocos “sicarios profesionales” en el paño criminal de la ciudad, Iribarren expuso que las organizaciones delictivas “recurren a mano de obra joven para tirar, o matar gente” y que ello se nota en los usuales desmadres en la manera de disparar y las consecuentes víctimas al voleo. Y fue más allá: “Vemos que los tiratiros son personas absolutamente fungibles (es decir, desechables) dentro de la organización”.
Según la jefa de los fiscales, el objetivo de las investigaciones no es sólo dar con los tiratiros rústicos, sino “priorizar el esclarecimiento del hecho en niveles más profundos, como la planificación”.
Para combatir este cuadro de situación, claro está, un eje esencial es el rol de la Policía, su estímulo y su control, planteó la funcionaria judicial. Y dijo que pese a que Rosario posee los niveles más altos de violencia en el territorio nacional, la ciudad posee menos policías per cápita que en otros lugares de la provincia.
“Una reforma policial y un replanteo de cómo se controla a la Policía es un punto esencial; tenemos una estructura policial que ha sido degradada y no ha sido valorizada lo suficiente en décadas. (El personal) tiene que tener estímulos positivos para trabajar bien”. Esto es, agregó: “Buenos sueldos y condiciones laborales dignas que le permitan querer conservar su trabajo”. Pero por otro lado, “si no hay suficiente control sobre quienes tienen en sus manos el poder de la violencia estatal también es muy difícil”.
Iribarren consideró esencial “lineamientos a largo plazo” desde todos los sectores de la política.
“Hasta que no estén todos los actores del Estado articulados, pensando en el mismo sentido, en cuál es la solución de este problema, no vamos a poder terminar de resolverlo. Nosotros podemos esclarecer e identificar quien cometió el delito pero no vamos a poder evitar que vuelva a ocurrir”. Ya que los delitos “siguen articulándose desde los establecimientos penitenciarios y la rueda no termina nunca”.