La pareja que había sido detenida el pasado 15 de octubre minutos después de la balacera que se cobró la vida de Julio César Reybet en Cafferata al 2900 fue acusada este viernes de haber sido cómplices de los autores materiales de ese ataque, en el que también resultaron heridos otros tres hombres.

En una audiencia que presidió la jueza Melania Carrara diez días después del hecho, la fiscal María de los Ángeles Granato dijo que Juan Balbuena Britez (44) y Analía Romero (44) fueron “partícipes secundarios” del crimen de Reybet, y de la tentativa de homicidio y las lesiones de las demás víctimas, puesto que ocultaron la motocicleta Honda CB 250 y la pistola Taurus 9 milímetros utilizadas que utilizaron los atacantes, cuya identidad se desconoce. La jueza Melania Carrara tuvo por formalizada la audiencia disponiendo la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley para ambos imputados.

Al referirse a la mecánica del ataque, la fiscal dijo que a las 17.30 del martes 15, los autores se trasladaron en la Honda y pasaron por el frente a Cafferata al 2930, donde funciona un lavadero, y efectuaron una decena de disparos.

Además de matar a Reybet, hirieron gravemente a Gustavo Maldonado, mientras que Kevin Noriega y Alberto Quiroga resultaron lastimados. Las cuatro víctimas estaban en la vereda y fueron trasladadas al Heca, a excepción de Quiroga, quien fue asistido en el Hospital Centenario.

Para la Fiscalía no hay dudas de que los autores se dirigieron luego al pasaje Amazonas al 3100, cerca del cruce de Vera Mujica y Garay, a unos 800 metros de la escena del crimen, dejaron el arma y la moto y luego fugaron en un vehículo. De eso dio cuenta una llamado al 911 que alertó sobre esta secuencia. En la vivienda habita la imputada Romero, quien al arribo de la Policía se encontraba en poder de la moto, dijo la Fiscalía.

Britez, que estaba en el patio del domicilio y portaba el arma, también fue detenido. Según trascendió, ambos imputados habían sido pareja, y el hombre seguía pernoctando en la vivienda, aunque también solía recalar en pensiones.

Otro dato que surgió es que la Honda CB había sido robada a punta de pistola el 23 de septiembre en Castellanos y Amazonas, esto es, en el mismo barrio San Francisquito, 22 días antes de que fuera utilizada en el hecho de sangre.

Según trascendió, Reybet era transportista y tenía colectivos para realizar traslados a media y larga distancia. 

Un detalle que llamó la atención de los investigadores es la presencia en el lavadero de Cafferata de un “Orbe” (traducción de Orb), un aparato diseñado por la empresa Worldcoin que se utiliza para el escaneo de iris, para generar de una “huella digital” a cambio de criptomonedas.

Como dio cuenta Rosario3, el pago por escaneo dio lugar a un oscuro negocio aprovechado por transportistas y promotores que juntan contingentes de personas con necesidades económicas y las trasladan a para realizar el procedimiento a cambio de unos pesos y viandas.

La hermana de Reybet negó que este asunto esté relacionado con el móvil del crimen y negó que el homicidio se enmarque en “un ajuste de cuentas”: “Mi hermano era un luchador, un comerciante”.