Cuando el médico de Policía que examinó este miércoles a Adrián Maximiliano Bajo miró sus manos, detectó la clave del informe preliminar. Vio que tenía quemaduras y ampollas, los signos habituales de casos de femicidios (o intentos) con fuego.
El hombre, de 40 años, fue a ocultarse a la casa de una allegada de Portezuelo y Rodríguez, próxima al Parque Independencia, y no se resistió cuando llegaron los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) con una orden de detención que había firmado el fiscal Adrián Spelta.
El jefe de la Unidad de Homicidios Dolosos del Ministerio Público de la Acusación estuvo durante el mediodía en el lugar y confirmó el hallazgo del bidón con nafta usado. "Primero le dio golpes de puño en la cabeza y luego la trasladó al baño, donde se originó el fuego", reconstruyó.
Como los testigos señalaron que el agresor se fue en una moto y dieron las características, y con la detección de esa propiedad como parte de allegados, los efectivos de la División Homicidios de la AIC se apostaron de civil a buscarla. Apenas la vieron afuera, entendieron que estaba ahí.
Esa rápida detención permitió reforzar la prueba para el viernes, cuando será la audiencia imputativa mediante videoconferencia. Justamente, esos signos de las manos y la moto coincidente con la descripción de testigos lo acorralan, mientras hay expectativa para una posterior apertura en busca de conversaciones dentro de su celular Samsung J7, que fue secuestraron.
El acusado ya designó un abogado particular y prepara su defensa. Sin embargo, la prueba se robustece aún más con lo que dijeron haber escuchado el martes a la noche alrededor de esa casa de Villa Gobernador Gálvez. Una fuerte discusión y la amenaza de lo que pasó: "Te voy a quemar", se escuchó de una voz masculina.
Y el desenlace se dio este miércoles, mientras se reforzaban los reclamos y compromisos asumidos en el marco de los cinco años del nacimiento del movimiento "Ni una menos".
Vanesa, la víctima, tiene 36 años y más del 50% del cuerpo comprometido. Son lesiones de segundo grado en la cara, hombros, cuello, torax y piernas. Está en estado desesperante en el hospital Provincial de Rosario. "No sé a qué hora me va a sonar el teléfono", le dijo su mamá a Telenoche (El Tres), y suplicó una oración.