El padre Juan Javier es el sacerdote de la parroquia San Antonio de Padua que el viernes pasado casó a Brisa Leguizamón Ferreyra y a Esteban “Pinky” Rocha, buscados ahora por el triple crimen perpetrado a la salida de su boda en un conocido salón de fiestas de Ibarlucea. Sostuvo que parecían una pareja como cualquiera otra, que se acercó a la iglesia “para la bendición de dios” y dijo que ese día, causó sensación el auto “fastuoso” en el que llegó novia.
“Lo que se vio fue un matrimonio más, que quería la bendición de dios”, señaló el sacerdote, en contacto con el programa De 12 a 14 (El Tres). El padre Juan Javier casó a Brisa y a Esteban el viernes a las 17.
En realidad, explicó, les habían asignado la parroquia de San Antonio María Gianelli, donde por usos y costumbres, deberían haber presentado la fe de bautismo y realizado el curso sobre el sacramento del matrimonio. Sin embargo, los pasaron a la iglesia de San Martín al 3300 y el sacerdote dijo que no sabe si realizaron estos trámites.
El día del casamiento, aquel viernes por la tarde, recordó que la iglesia estaba ocupada casi a la mitad y tras lo ocurrido, el sacerdote se mostró tristemente agradecido de que el ataque no haya ocurrido en la propia parroquia, ubicada sobre una avenida de muchísimo tránsito.
Recordó que al día siguiente, el sábado, los vecinos comentaron el “fastuoso” auto en el que llegó Brisa, ahora prófuga, por temor al futuro de sus dos hijos de tres y seis años, según contó su abogado.
“Como sacerdote la síntesis que uno hace es la impotencia. Siempre suponemos el bien”, reflexionó.
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