Daiana Belén Becerra (30) fue muerta a tiros este lunes en un pasillo de barrio San Francisquito, a donde había llegado en un remís desde su casa de Ghandi al 7000, en el lejano Fisherton Industrial. Un viaje de 10 kilómetros que terminó en una muerte oscura que, de alguna manera, ofició de preludio a una importante audiencia imputativa desarrollada por la tarde –seguirá el martes– en el Centro de Justicia Penal, donde se escuchó el nombre de la víctima en más de una oportunidad.
El crimen, según datos de los investigadores, aparece como un hito más en una serie de atentados y ajustes en el interior organizaciones mafiosas. De acuerdo con fuentes judiciales, Daiana era la pareja de Jorge Damián “Porteño” Camargo (31), un hombre que en diciembre sobrevivió un ataque a tiros y en la tarde del 18 de abril fue ejecutado en Einstein al 7200 mientras emparchaba una bicicleta. La testigo presencial de la ejecución fue la propia Daiana.
En el marco la investigación del crimen del Porteño Camargo, la Fiscalía secuestró el celular de Daiana. Fue a mediados de mayo. Del aparato surgieron audios y textos que, este lunes por la tarde, se transformaron en evidencia contra una supuesta banda con patas intramuros y en la calle, bautizada “La Mafilia”, en cuya jefatura ubicaron a Leandro Alberto Vilches, ligado a Los Monos desde la década pasada.
De esos chats, surgió que cuatro días después del crimen de Camargo, Daiana le confesó a su ex, el padre de sus tres hijos, que “en cualquier momento la mataban”.
En esas conversaciones, Daiana admitió que Camargo era un “sicario” y que “igual lo mataron, por dormir 5 segundos”. De Camargo existen fotografías que lo muestran vestido de policía y portando una ametralladora.
Además, Daiana Becerra aparecía vinculada con miembros de La Mafilia, la organización de Vilches puesta bajo la lupa por atentados y homicidios.
Existen diálogos de la mujer con el imputado como sicario de la organización, Juan Antonio “Codito” Trinidad Gómez, un paraguayo de 24 años detenido la semana pasada en Zuviría al 6900. Al parecer, Daiana oficiaba de vendedora de drogas y fue apadrinada por la organización a la que supo pertenecer en vida su novio.
“Gracias, amigo, por estar siempre”, le dijo Daiana Becerra a Trinidad Gómez en ocasión del velorio de Camargo. “Ahí le dije a la Nina que le haga hacer una corona”, contestó Trinidad Gómez, a quien Daiana tenía agendado como “La Mafilia”.
El apodo de Nina también se escuchó este lunes como parte de organización que respondería a Vilches. Se llama Cinthia Romina Fernández (27) y está sindicada como una transera que regenteaba un punto de venta de drogas en Cullen al 1400 bis.
Vilches, que este lunes fue imputado junto a otras seis personas por asociación ilícita, cumple en el penal de Rawson dos condenas: una de once años como miembro de Los Monos y otra a 6 años y dos meses por venta de drogas.
Según el Ministerio Público de la Acusación, el “Gordo” Vilches, en sociedad con otros reclusos de ese penal del sur, Rodolfo “Eri” Masini y Pablo Nicolás Camino, mantiene una fuerte enemistad con dos personajes notorios ligados a los Monos: Leandro “Pollo” Vinardi y Carlos Damián “Toro” Escobar. Las efigies de sus apodos aparecieron en la bandera que empañó la despedida del Maxi Rodríguez en el estadio de Newell's junto con un mono con lentes, la ingeniosa representación de Ariel “Guille” Cantero, el jefe de los jefes de los Monos.
Según fuentes de la investigación, la célula de Vilches quedó al descubierto con la investigación del asesinato por “error” de Micaela Soledad Gómez, ejecutada con un balazo en la cabeza el 3 de mayo en Einstein al 7200, dos semanas después del crimen de Camargo. Al parecer, “La Mafilia” quería vengar el crimen de Camargo, y buscaban a una tal Yolanda, amiga de Micaela, porque la acusaban de haberlo “entregado” a sus matadores.
Por el caso de Micaela, a mediados de junio fue imputado Osmar Agustín “Hormiga” Benítez, un supuesto socio delictivo de Camargo. En lo que se perfila como un extenso rompecabezas, Hormiga –también apodado Omi o Lolito– también fue imputado este lunes como parte de la banda de Vilches.
¿El crimen de Daiana fue un ajuste interno? El lugar donde fue ejecutada la mujer –cuyo teléfono fue una caja de pandora– no fue gratuito. En el pasillo de Rueda al 3900, según un mensaje atribuido al propio Vilches, existe una boca de expendio de drogas que manejarían personas vinculadas con Pollo Vinardi. Y los casos de homicidio para “quemar” la ubicación de búnkeres de drogas ya son una marca registrada del lado más oscuro de la narcocriminalidad local.