En las últimas horas se conoció la identidad de la víctima del horrendo crimen cometido en barrio Tablada en la noche del miércoles. El joven asesinado se llamaba Héctor Nicolás Quinteros, tenía 20 años y era oriundo de Villa Gobernador Gálvez, indicaron fuentes policiales.
Quinteros, que era vecino de barrio Paladini, fue asesinado con sello mafioso en la cuadra de Esmeralda al 3800. El cuerpo esmirriado estaba descalzo, con el pantalón bajo, atado de pies y manos con un cable, amordazado, con múltiples disparos. “Lo bajaron de un auto y lo mataron ahí en la calle”, graficó un vecino a Rosario3.
Le dejaron un papel entre la remera y el súeter que tenía una frase manuscrita: “Corte re secuestro, Pa lo giles rafagazo. Saben que no miento”, en alusión a la letra del cumbiero RKT Callejero Fino.
La escena era dantesca: el muerto en la calle con la cara desfigurada, un charco de sangre. Una secuencia de impunidad total. No tenía DNI, ni celular, mucho menos billetera. Lo único que le encontraron en el pantalón fue un encendedor y una pipa.
En cuadras linderas al asesinato hay un conocido quiosco de droga de una organización que opera hace más de una década en la zona sur de Rosario. No resultó un dato menor, ya que una de las sospechas es que a Quinteros lo mataron cerca de ese lugar para dar un mensaje. Una forma de “dejar un muerto” o “quemar” el negocio de competidores, analizaron fuentes del caso.
Cuando personal de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llegó a esa cuadra de Tablada no pudo entrevistar a persona alguna. Señal de que en la cuadra reina el miedo.
Es el segundo crimen ejecutado con las mismas particularidades en la misma cuadra en tres meses: en abril pasado también fue ejecutado un joven que estaba maniatado y que tenía en la ropa un papel también con una frase de una canción de Callejero Fino. Se llamaba Brian Leonel Pino, de 27 años, tenía los ojos vendados, los brazos sujetados con un cabestrillo y su cuerpo presentaba nueve impactos de arma de fuego.