Joberto Jacoby es artista, sociólogo y cantautor, una actividad que, asegura, le provoca “la mayor felicidad”. Integró la "generación Di Tella, los movimientos Experiencias del 68, Tucumán Arde y Bola de Nieve, por citar algunos créditos.
“El arte, al igual que el juego, es un espacio de ficción donde las cosas no son necesariamente como se dicen”, sostiene Roberto Jacoby en la charla telefónica con Desde la Redacción, el podcast de Rosario3.
Su más reciente libro es Superficies de placer (Planeta), en el que recopila las letras que escribió junto a Federico Moura y otros integrantes de Virus, además de proyectos con otros artistas y propios.
“Me di cuenta de que las cosas que tienen chiste se acaban rápido, como un helado que te comés y no queda más que el palito”, reflexiona sobre sus composiciones.
La retrospectiva publicada el último septiembre compila versos nacidos de caprichos, juegos fonéticos y certezas. Muchos de ellos, en el caso de Virus, enfrentaron los prejuicios de los tempranos ochenta, “una década rica, poderosa, vital y cruel.”.
La “pereza intelectual” de la “crítica botona” –que se horrorizaba por un cantante gay– no hizo más que reafirmar la provocación en la banda platense: “hacerle el amor” a la vida y “poner el cuerpo y el bocho en acción”.
“Había como una especie de descalificación al hecho de pasarla bien; había que sufrir, que pasarla mal y hablar de lo mal que se estaba. No es que en lo que hacíamos nosotros no hubiera crítica o resistencia, pero no nos quedábamos en la lágrima (…) Federico tenía una visión bastante a largo plazo y, si algo molestaba, era porque habían dado en el clavo”, recuerda.
Esta entrevista se publica el domingo 22 de octubre de 2023, en la jornada de una elección presidencial, en el día previo a un nuevo aniversario del nacimiento de Federico Moura (hubiera cumplido 72), a tres días de que el disco Locura alcance los 38 años y en el mes en el que se cumplen cuatro décadas de los comicios que marcaron el regreso democrático en Argentina.
Consultado sobre este presente marcado por discursos odiantes, tanto en el plano local como a escala planetaria, Jacoby advierte que “es algo tan nuevo para nuestra generación, que la tendencia es a compararlo con situaciones del pasado para tratar de entenderlo. Esto es un poquito peligroso porque no permite pensar las diferencias. Hubo momentos donde la población, capturada por discursos, actuó en contra de sus propios intereses, de su libertad y su vida, pero el esfuerzo tiene que estar en ver también lo diferente”.