Este domingo a las 20, en el anfiteatro del Centro Cultural Parque de España (Mitre y el río), el artista rosarino Federico Leites presenta Montaraz, su tercer disco. En rigor, se trata de una obra multisoporte que contempla un disco-libro y el registro audiovisual (en formato documental) de la misma.
Junto al vocalista estará el guitarrista Mauricio Vieiro, en una puesta escenográfica a gran escala y con entrada gratuita.
"Será una obra de arte donde el cantor y el guitarrista ingresarán a decir sus canciones en una performace para recordar", adelantó Federico Leites a Rosario3.com
La entrevista
—En Montaraz se reconocen influencias que van del pop al folk y de la canción litoraleña al ambient. El resultado final es bien distinto al de Ataud Ataud, tu primer disco. ¿Cómo explicás ese cambio.
—Hace poco, decidí explicar lo que hago como «música de paisaje». Entonces, viajo a donde pueda y como pueda. Y donde me interesa; anclo, me relaciono con el entono generando algún tipo de obra. Ataud Ataud fue una experiencia laboral que tuve en Nueva York durante seis meses y en donde me compré mis primeros sintetizadores y micrófonos. Fueron puras maquetas (electrónicas) en una especie de mega urbe de posmoderna. Mi espíritu, en ese contexto, espejó eso. Y en este disco (Montaraz) decidí vender lo había en el estudio e iniciar un camino de soledad y composición y traer de allí algunas canciones.
—Montaraz se expresa en varios registros: disco, libro y video. ¿Cómo surgió el proyecto?
—Montaraz fue un sólo espíritu que luego se desglosó. Fue una búsqueda personal, después fue una comunión con el paisaje y, por último, se transformó en obra artística. Al principio fue la poesía, luego melodías y, finalmente, las canciones. Esas canciones fueron llamando a otras disciplinas. Juan Follonier decidió hacer un documental sobre la grabación de las canciones. Luego se acercaron de la Editorial Iván Rosado. Y ahí fue que, como estábamos en proceso de grabar un disco, decidimos hacer un «libro-objeto». Es una obra multisoporte que responde a esa búsqueda genuina del principio.
—¿Por qué buscaste un entorno como el Valle de Punilla para grabar estas canciones?
—Hace dos años, tuve la oportunidad de viajar por el Japón y quedé fascinado con la idea del Japón tradicional, mucho más que con el de vanguardia. Tuve la posibilidad de viajar y permanecer en el interior, conocer el campesinado, entender el zen y transitar algo del budismo. Cuando estaba haciendo el disco, en un lugar tan sagrado como San Marcos Sierra, en un lugar llamado Aguas Antiguas, tuve la necesidad de que determinadas melodías, muy sutiles, como "Cerro azul", por ejemplo, existiesen en un mundo que está como bastante barroco de ruido. En ese sentido, me pareció muy interesante poder ligar los dos campesinados (el japonés y el argentino) con las melodías. Y lo que hicimos fue un diseño de vestuario que hilvana el gaucho con el samurai.
—Montaraz remite al campo, a la montaña, ¿por eso elegiste ese título para la obra?
—Mientras escribía las canciones, conocí a mucha gente que vive en entornos rurales muy alejados de esta crosta terrestre llamada civilización. Me pareció una idea muy romántica eso de perderse en el monte y vivir sin las comodidades de la sociedad: luz, electricidad, internet, un trabajo estable. Montaraz es el nombre más simple y más fiel que retrata la experiencia de lo que sucedió. Yo me sentí un montaraz, realmente. Vuelto de la montaña, vuelto del monte. Esa fue mi sensación general y creo que el espíritu lo refleja así. Fue como el espejito del momento.
—¿Qué influencias reconocés en tu música?
—Soy un cantor sacrílego que no escucha música. Vivo muy en silencio, pero si tuviese que responder a esa pregunta, y sobre todo para este trabajo, diría han sido Atahualpa Yupanqui, Caetano Veloso y Juana Molina. Eran tres artistas que tenía presentes a la hora de componer este disco.
—¿Qué podés adelantar de la presentación de este domingo?
—Es una celebración de la edición física, que vamos a tener ahí por primera vez. Eso por un lado. Y por otro, estamos planeando una presentación a gran escala con una puesta escenográfica de tamaño considerable. Será una obra de arte donde el cantor y el guitarrista ingresarán a decir sus canciones en una performace para recordar.
La “ficha técnica” se completa con la puesta es escena es de Sol Pipkin y Carlos Aguirre, el vestuario de Michelle Siquot, la iluminación de María Fernanda Weber y el sonido de Franco Mascotti. Además, el DJ Emanuel Revere tocará un set ambient folk,
El diseño de la tapa de Montaraz incluye obras de Laura Glusman y Carlos Aguirre, y el concierto será filmado por Fango Films con destino de DVD.