Hasta el último domingo, la película Cuando acecha la maldad había sido vista por 236.606 mil personas desde su estreno en los cines argentinos, el jueves 9 de noviembre. Con esta cifra, el más reciente film de Demián Rugna es la cinta de terror más vista de la cinematografía nacional y marcha segunda como el largometraje argentino de mayor convocatoria en salas del país en lo que va de 2023, detrás de La extorsión (550.000 tickets).
En un paraje rural, dos hermanos siguen el rastro de un cuerpo mutilado hallado en el campo. Esa búsqueda los lleva hasta uno de sus vecinos, que ha sido poseído por un demonio.
Entonces, deciden poner fin por mano propia a la malicia que encierra el “embichado”. El resultado es una trama que cruza el horror y el apetito de una deformidad maligna y voluble con la comedia negra
“Es muy difícil explicar lo que pasa”, indicó Demián Rugna, su director, en diálogo telefónico con Rosario3. “No es una película comercial. Ni siquiera está pensada para serlo, pero logra ser bastante diferente a otras que llegan desde el extranjero a los cines y que son más como un producto. Cuando acecha la maldad es genuina, es una película verdaderamente de género, de terror”, continuó el realizador sobre el film que se consagró mejor largometraje en el Festival de Cine Fantástico Sitges.
En las buenas historias, al público lo tenés adentro, lo llevás, lo maltratás y lo cacheteás.
Más allá de los lauros internacionales, el boca a boca fue fundamental en la permanencia del film, que se ubicó tercero durante tres semanas en el top ten de las películas más vistas, y superó ampliamente a No dormirás (95.714 tickets), estrenada en 2018.
“El público la milita y provoca estos récords que van más allá de las posibilidades económicas, porque no tenemos dinero para poner en publicidad”, admitió el realizador sobre su más reciente producción, precedida por La última entrada (2007), El mate amargo (2012), No sabés con quién estás hablando (2016) y el ya clásico del género Aterrados (2017).
Al cine, a ver una de terror
Para más datos, desde el estreno de La Monja 2, el 7 de septiembre, hasta el desembarco de The Marvels, el 9 de noviembre, una película de terror lideró el top 10 semanal. Las más vistas en ese plazo fueron El juego del miedo 10, El exorcista: creyentes y Five Nights at Freddy’s.
En la forma, es una película argentina con dos paisanos hablando como tal en el interior de una provincia X. Pero es también una historia universal sobre la culpa, la familia y la amistad.
Consultado sobre si hay una “apetencia” particular por esta cinematografía y si la pandemia tuvo alguna incidencia en ello, Rugna señaló que si bien “habría que hacer un análisis sociocultural más profundo, es un género que, a nivel global, está creciendo y es cada vez más comercial”.
“Ahora –añadió– sobre el crecimiento del género en Argentina, creo que hay muchísimo público joven que va al cine a ver estas películas. Hablo de una audiencia que hoy tiene 20 años que, cuando arranqué, tenía diez (risas), y que acepta las películas de terror argentinas sin pruritos”.
Un “embichado” y dos paisanos
Cuando acecha la maldad tuvo su estreno en 600 salas estadounidenses y “fuimos la segunda película más popular en Halloween”, consignó el entrevistado. Con ese antecedente –que se suma a los antes citados– las ofertas de remake y segundas partes ya están sobre la mesa.
Respecto de cómo un drama telúrico con un “embichado” como encarnación maligna logró trascender la pampa profunda en la que transcurre la historia, Rugna ya dio la primera pista: es una buena película. El segundo punto es que se trata de “una historia universal”
“En la forma, es una película argentina con dos paisanos hablando como tal en el interior de una provincia X. Pero es también una historia universal sobre la culpa, la familia y la amistad”, advirtió director
El diálogo con la violencia es difícil, pero lo mío es arte.
—¿De dónde viene interés por el gore y el cine de terror?
—De chiquito, me gustaba contar historias, jugaba así. Eso nunca se pierde. Tenía mis muñecos Playmobil de Gi I Joe y copiaba lo que pasaba en las películas. Las hacía cada vez más violentas y más truculentas porque, bueno, es lo que nos gusta de chicos (risas). Después, me puse a dibujar historietas y eso me llevó a estudiar imagen y sonido, pero siempre vinculado a las ganas de contar historias algo extremas. Ahora, que yo creyera que podía dedicarme a esto o que me iba a ir bien, no. Yo pensaba que era para millonarios o para personas súper inteligentes.
—¿Qué es lo que no puede faltar en una película del género?
—Una buena historia. También fallan muchas películas de terror que las tienen, pero en las buenas historias, que también las contás con buenos actores, vos al público lo tenés adentro, lo llevás, lo maltratás y lo cacheteás. Si la historia no es creíble, el espectador da un paso al costado. Me refiero a que mira la película, pero sin estar involucrado. Se puede asustar con un sonido fuerte o con un grito, pero no más. Una buena historia tampoco es predecible: el espectador no puede saber qué va a pasar en los próximos cinco minutos.
La violencia cotidiana y la ficción
En un tiempo en el que la realidad le corre los márgenes a la violencia, generar historias de terror verosímiles puede suponer un desafío.
“Muchas veces, veo en internet o me llegan por celular imágenes con las que digo: «Wow, si la gente consume esto, qué es lo que me queda a mí». El diálogo con la violencia es difícil, pero lo mío es arte. Entonces, pienso que es una manera de sublimar la violencia en la que vivimos”, aseveró Rugna, que citó entre sus influencias a John Carpenter, Guillermo del Toro y Quentin Tarantino.
—“Cuando acecha la maldad” es una canción de Logos que, además, versionás en la película con tu grupo, Pasco 637. ¿Por qué elegiste ese tema?
—Yo tenía el guion terminado y no el título. Nada me convencía. Empecé a buscar entre canciones de grupos que me gustaban y di con el tema de Logos. Después, ya en la posproducción, decidimos comprar los derechos del tema y grabamos dos versiones.
—¿Qué película ajena te hubiera gustado dirigir?
—Me hubiera gustado filmar el plano secuencia de Carlito’s Way, de Brian De Palma, que se desarolla en el subte.