El libro Somos Belén, de la periodista y abogada Ana Correa, surgió durante el debate en el Congreso nacional del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en 2018.
El nombre y la historia de vulneración de derechos que encierran esas cinco letras fueron citados en reiteradas oportunidades entre quienes argumentaban en favor de que el aborto pase de clandestino a legal.
«Belén» –así como ella elige llamarse– es una joven tucumana. En la madrugada del 21 de marzo de 2014 acudió al Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda de San Miguel de Tucumán por un “fuerte dolor de panza”. Tuvo un aborto espontáneo y terminó presa.
No sabía que estaba embarazada. No volvió a su casa hasta 29 meses después, cuando un fallo de la Corte Suprema de esa provincia revocó una sentencia a ocho años de prisión por "homicidio agravado por el vínculo". Seis meses después, en mismo tribunal dispuso su absolución. Al momento de la detención tenía 25 años.
El plural de una historia
Movida por la frustración del resultado de la votación en el Senado y por “ciertas mentiras” que se escucharon en el recinto, Ana Correa comenzó a cranear el plural esta historia.
Hay muchas «Belén» todavía en la Argentina”
“Somos Belén es la historia de una gran injusticia que se da vuelta cuando Soledad Deza, una abogada tucumana feminista, convoca al movimiento de mujeres y empieza a trabajar para su liberación”, reseña, en diálogo con Rosario3.
Y continúa: “Se trata de una injusticia que no está resuelta porque todavía hay muchas «Belén» en la Argentina y muchas niñas madre que necesitan que se respeten sus derechos”.
Para la autora, “hasta que el aborto no sea legal, hasta que el aborto no siga asociado con un delito, esta locura va a seguir”.
Organizado en capítulos que replican una suerte de “diario de investigación”, Correa hilvana entrevistas, testimonios y anclajes en tiempo y espacio que incluyen visitas a la cárcel y el hospital en los que estuvo alojada «Belén».
En el “somos” condensa tanto el reclamo por el derecho a la autonomía del cuerpo como la solidaridad de colectivos de mujeres (Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito, Católicas por el derecho a decidir, Mumalá, Pan y Rosas, entre otros) y mujeres no organizadas que se aunaron en el reclamo de "libertad para Belén".
Todo es parte de la salud, cuando quedás embarazada y cuando no, cuando decidís abortar o ser madre"
“El libro tiene una parte muy tremenda y otra de mucha esperanza que muestra lo que puede la solidaridad de las mujeres cuando se rebelan ante una injusticia (...) Hay dos variantes que para todas las mujeres son muy fuertes: saber que «no estamos solas» y el momento en el que somos conscientes de que tenemos derechos y tenemos que luchar por eso”, abunda Correa.
Un feto que va "creciendo" con el expediente
Publicado en último noviembre por Planeta y con prólogo de la escritora canadiense Margaret Atwood (El cuento de la criada), Somos Belén expone la complicidad machista del sistema judicial.
Correa apunta que en la investigación penal hay testimonios que informan sobre un embarazo de cinco semanas, otro de 22 y un perito que certifica una gestación de 32 semanas. La comunicadora –que estuvo entre las organizadoras de la primera marcha de Ni Una Menos– también menciona incongruencias en el sexo del feto: en una parte del expediente se habla de “femenino” y en otra, de “masculino”.
El feto que le atribuyen a Belén fue encontrado antes de que le dieran ingreso a la guardia y no se realizó un ADN, advierte. Tampoco se tuvieron en cuenta publicaciones en redes sociales durante los días previos para "comprobar" que no había “panza” de embarazo.
A ella la violentó el sistema de salud, el sistema judicial y el sistema policial"
“No es fácil contar una situación de violencia para una mujer. Imaginate lo difícil que es contar una situación de violencia institucional. A ella la violentó el sistema de salud, el sistema judicial y el sistema policial (…)”, afirma la entrevistada.
La historia de «Belén» es la de otras mujeres que asisten a centros de salud con abortos en curso o recientes y son criminalizadas. La pérdida de un embarazo no reviste delito: lo que se castiga es no llevar la gestación a término.
“Todo es parte de la salud, cuando quedás embarazada y cuando no, cuando decidís abortar o ser madre. Yo quería transmitir a través de lo que ella pasó, lo que pasan y siguen pasando otras mujeres”, sostuvo Correa.