En menos de 30 minutos un turista puede conectar el Monumento Nacional a la Bandera de Rosario con el “Cristo de las Redes”. La estatua de 4 metros de alto que inmortalizó Jorge Fandermole en su “Oración del Remanso”, una de las canciones fundamentales de la música popular Argentina.
Pese a la fama que le trajo la canción, son pocos los turistas que se acercan a conocer el Remanso Valerio, un caserío que se ubica sobre la barranca, al norte de la cabecera del puente a Victoria y en el que actualmente viven unas 350 familias, en su mayoría pescadores. A metros de allí es que la provincia se plantea construir el Puerto de la Música, una opción que genera resistencia entre arquitectos y sectores políticos de Rosario, porque quedaría fuera del ejido urbano de la ciudad ya que ese sector pertenece al municipio de Granadero Baigorria. Y que traería consigo, según la idea de la provincia, emprendimientos inmobiliarios en altura con vista al río.
Un remanso es un lugar donde el río corre más lento. Se trata de un fenómeno que se da contra la ribera y hace que, mientras el agua de la superficie aparente estar quieta, en lo profundo la corriente sigue avanzando. En este caso, la definición sirve también para hablar de los pescadores que viven en este barrio.
Un barrio con historia
Nadie sabe con precisión cuándo se creó el barrio Remanso Valerio, pero todos coinciden en que está ahí desde antes de la fundación de Granadero Baigorria, que fue en 1950. En algún momento de la historia, un pescador vio que la zona era propicia para amarrar su canoa y armó su ranchito sobre la barranca. Esa historia se repitió hasta que salió todo un barrio a la superficie.
El “Cristo pescador”, como también se conoce a la imagen religiosa se ubica en uno de los puntos troncales del Remanso Valerio. A sus pies arranca una calle con pronunciada pendiente que atraviesa las zigzagueantes callecitas del barrio hasta llegar a la costa. Ese camino es el que hacen todos los días los pescadores cuando vuelven de una intensa jornada de tirar redes para ganarse el sustento diario.
“Ahora no cuesta tanto, antes esto era todo barro, ¿sabés lo que era subir con la pesca por acá?”, relata Carlos, un pescador de 40 años que, como la mayoría de los habitantes del Remanso Valerio, viene de familia de pescadores nacidos y criados allí.
Si bien en algún momento se le dio por romper la tradición familiar y colgar las redes porque consiguió un trabajo en Rosario, la sangre tiró más y a los pocos meses Carlos ya estaba de nuevo arriba del bote. “Nosotros somos como los peces, podemos estar poco tiempo lejos del agua”, explica entre risas.
Esa imposibilidad de cortar con el oficio familiar y alejarse del lugar donde nació es lo que define también a este barrio de pescadores que no se resigna a la hora de defender su identidad.
Ubicación estratégica
Por su ubicación estratégica, la zona del Remanso Valerio siempre despertó un gran interés inmobiliario y en más de una oportunidad los vecinos se unieron para defenderse ante rumores de posibles desalojos.
Siempre con el "Cristo de las redes" como testigo, lograron salir airosos en los 90 cuando quisieron instalar un hipermercado en la zona y también de las amenazas de echarlos del lugar cuando se planificó el puente Rosario-Victoria. “Cuando se empezó a construir nos decían que nos iban a sacar, pero un día lo inauguraron y acá seguimos nosotros”, recuerda Carlos.
Ahora la alerta entre los vecinos se volvió a encender con la posibilidad de que se instale allí el Puerto de la Música. Es que el gobernador Omar Perotti pretende reflotar el proyecto diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer para la zona portuaria de Rosario a pedido del ex gobernador Hermes Binner. Pero ya no en el lugar pensado originalmente, los muelles de avenida Belgrano y Pellegrini.
La idea es financiarlo mediante un esquema público-privado que demanda la necesidad de tierras fiscales, algo que encaja a la perfección en los terrenos ubicaos en la zona de cabecera del la traza vial que corta el Paraná para unir Santa Fe y Entre Ríos, y que además coincide con el límite geográfico entre Rosario y Granadero Baigorria.
En defensa propia
“A nosotros nos parece bien mientras no se toque al barrio. Porque, sino, ahí sí vamos a tener que organizarnos”, advierte otra de las vecinas nacidas y criadas en el Remanso Valerio. Ante los rumores que rápidamente empezaron a correr con el barrio, el propio intendente de Baigorria, Adrián Maglia tuvo que bajar a hablar con los vecinos.
En el encuentro, el dirigente les aseguró que el barrio no se iba a tocar y explicó que todavía el proyecto está en una etapa inicial. Pero reveló que la idea es montar la megaobra de forma perpendicular al río, en un terreno que se ubica a unos 700 metros del puente y en el que actualmente funciona un obrador.
A esa reunión del intendente en el barrio, se le sumó una videoconferencia desde la sede de Gobierno de Rosario, durante la cual el propio gobernador Perotti junto con otros funcionarios hablaron con algunos vecinos y les dieron más precisiones sobre la integralidad del proyecto.
“El Puerto de la Música iría allá donde ahora está el galpón, acá enfrente pondrían una escuela primaria, una secundaria, al lado el cuartel de bomberos y por acá la policía”, detalla entusiasmado uno de los vecinos que participó de ambos encuentros, mientras señala un espacio ubicado 500 metros al Norte del "Cristo de las redes".
Pero además de esto, el Remanso Valerio fue incluido por el gobierno nacional en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), por lo que ya hay un trabajo para censar a sus habitantes y saber las dificultades que tiene el barrio. “Si tienen que reubicar gente, puede que sea porque hay zonas con riesgo de derrumbe; les pedimos que se les ofrezca otro lugar dentro del mismo barrio”, insistieron los vecinos.
Por el momento el tema se trata con cautela. El proyecto está en una etapa muy preliminar y todavía no hay plazos previstos para que avance. De todos modos, la idea de contar con una obra de semejante envergadura entusiasma a muchos de los vecinos que entienden que será algo más que beneficioso para el barrio.
"Va a generar mucho movimiento y eso significa más trabajo", afirma una de las vecinas. En tanto que otra se anima a fantasear e ir un poco más: se imagina poniendo un puesto de comida en las inmediaciones del predio, obviamente con el pescado como principal protagonista de los platos. Después de todo, no deja de ser un barrio de pescadores.
Mientras todo esto ocurre, "el Cristo de las redes" se mantiene imponente con sus brazos abiertos. Cada tanto, gracias a la fama que le dio la "Oración del Remanso" de Jorge Fandermole, llegan turistas a sacarle alguna foto. Seguramente serán muchísimos más si se levanta muy cerca de allí el Puerto de la Música. Acaso se encuentren no solo con la estatua, sino también con pescadores organizados, dispuestos, una vez más, a defender la historia y la identidad de un barrio que es anterior a todo lo que lo rodea.