Y cerró, nomás. El dueño de la concesionaria de bulevar Oroño al 5500, baleada dos veces en cinco días, finalmente bajó persianas definitivamente este miércoles. Se llevó todos los autos que tenía en el local y lo vació. Aguantó hasta donde pudo.

Este miércoles por la mañana el salón de la concesionaria ya estaba completamente vacío. Su dueño comenzó a vaciar todo en la madrugada. Este martes, tras el segundo ataque a balazos contra el local, avisó que no le quedaba ya otra opción: sin custodia ni poder pagar la amenaza, no resistió la violencia en la que trabajaba.

Concesionario cerró tras dos ataques a tiros

Desde la semana pasada que sufre ataques y amenazas para que pague una suma de dinero para poder seguir trabajando, al mejor estilo mafioso. Se animó, incluso, a desafiar públicamente que no pagaría “ni cinco centavos” a pesar de las extorsiones, pero ahora tiró la toalla tras el último ataque este martes.

“Tengo que cerrar, ganan ellos siempre”, había dicho este martes al programa Telenoche (El Tres).

El primer episodio violento tuvo lugar al atardecer del viernes pasado, cuando se aprestaba a cerrar la agencia, ubicada en bulevar Oroño al 5500, esquina Hilarión de la Quintana.