Estados Unidos todavía no se sobrepone de un sangriento fin de semana que comenzó con la masacre de El Paso (Texas) y cerró con la de Dayton (Ohio). En el caso texano, la Justicia investiga las 20 muertes como un hecho xenofóbico, de terrorismo doméstico. El tirador confesó que buscaba matar la mayor cantidad de mexicanos posible.
"Estamos tratando esto como un caso de terrorismo doméstico, y vamos a hacer lo que hacemos a los terroristas en este país, que es ofrecer una justicia rápida y segura", indicó John Bash, fiscal federal para el distrito oeste de Texas, en una rueda de prensa en El Paso.
Según publicó ABC News, el sospechoso del tiroteo –que además dejó 27 heridos–, se llama Patrick Crusius y se entregó pacíficamente a la policía. Dijo que su objetivo era matar la mayor cantidad de mexicanos posible.
Además, de acuerdo a lo publicado por El Mundo, previo al ataque circuló un documento que se refiere a la teoríá de “la gran sustitución” (Great Replacement) que afirma que las personas de ascendencia europea están siendo sustituidas. En este caso, serían los norteamericanos por la inmigración hispana.
"En resumen, Estados Unidos se está pudriendo de adentro hacia afuera, y los medios pacíficos para detener esto parecen ser casi imposibles. La verdad incómoda es que nuestros líderes, tanto demócratas como republicanos, nos han estado fallando durante décadas”, señala el texto.
Y resalta: “El problema es que, aunque los inmigrantes hacen usualmente el trabajo sucio, sus hijos no lo hacen. Quieren vivir el sueño americano, así que van a la universidad y consiguen trabajos altamente cualificados. Por eso las empresas los quieren".