Los haberes jubilatorios y otras prestaciones, cono las pensiones no contributivas y las asignaciones por hijo, tendrán en noviembre un aumento de 3,47%, en línea con el índice de inflación de septiembre, que dio a conocer esta tarde el Indec. Con el reajuste, la jubilación mínima del sistema general de la Anses subirá de $244.320,56 a $252.798 y la máxima, de $1.644.046,07 a $1.701.095, según los valores en bruto.

En términos netos, el haber básico será de $245.214. Si se establece nuevamente el pago de un bono de $70.000 para quienes perciben ese ingreso, lo que llegará en mano será de $315.214, en lugar de los $306.990,94 que se cobra este mes (una diferencia de $8223). En el caso del haber máximo, el dinero que se cobrará, tras el descuento para el financiamiento del Pami será de $1.606.613 ($53.880 más que en el mes actual).

El aumento según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanza a quienes cobran jubilaciones y pensiones del sistema contributivo de la Ansés y a quienes perciben pensiones no contributivas o prestaciones por hijo, ya sea la Asignación Universal por Hijo (AUH), cobrada por trabajadores informales y desocupados, o la asignación del salario familiar de la economía formal, que alcanza a un grupo de empleados formales y de monotributistas.

La AUH será de $90.837, aunque el monto cobrado mensualmente es el 80% de ese total, es decir que en noviembre será de $72.670. La percepción del 20% restante es una vez al año y está condicionada a que se certifique el cumplimiento de obligaciones vinculadas con la escolaridad y el cuidado de la salud.

Los importes consignados son aproximados, porque todavía no fueron oficializados. Las cifras definitivas, que deberán ser consignadas en una resolución de la Anses, dependen del redondeo del índice (para los números mencionados en esta nota se utilizaron dos decimales, que es la práctica que se asumió en los últimos incrementos).

Desde abril de este año y según lo establecido en el DNU 274, las jubilaciones y pensiones se actualizan todos los meses siguiendo el índice de inflación. En cambio, cada mes hay incertidumbre respecto del pago del bono o refuerzo, ya que es una cuestión que depende de una decisión discrecional del Poder Ejecutivo. En el actual mes de octubre, por ejemplo, se está cobrando un adicional de hasta $70.000 (ese es el monto que perciben quienes tienen un haber de hasta $244.320,56, en tanto que quienes tienen un ingreso de hasta $314.320,56 reciben un refuerzo de un importe tal que se complete esa cifra). La cifra de $70.000 está congelada desde marzo de este año y, por tanto, mes a mes va perdiendo su poder adquisitivo.

Ese congelamiento del valor del bono provoca que, para quienes cobran los ingresos más bajos del sistema, el aumento mensual no sea, en la práctica, de un porcentaje equivalente a la inflación de dos meses atrás (como sí ocurre con los haberes propiamente dichos), sino más bajo. En noviembre, si se confirma el mismo refuerzo de $70.000, la suba efectiva del importe a cobrar por quienes tienen solo un haber mínimo no será de 3,47%, sino de 2,7%.

Las subas acumuladas en el año

 

Con el reajuste que se aplicará en noviembre, el incremento nominal de los haberes desde el inicio del año llegará a 139,5%. Entre enero y septiembre, mientras que la inflación fue de 101,6% (de acuerdo con lo informado hoy por el Indec), el reajuste de los haberes (sin bonos) fue de 121,9%, algo que –más allá de que el comportamiento de los precios tiene impactos diferentes según cada hogar y muchos pueden no sentirse identificados con el índice general– permitió, en términos estadísticos, una leve recuperación del poder adquisitivo, luego de que en 6 años esos ingresos acumularon pérdidas de su valor real de hasta 50%.

Sin embargo, para los ingresos más bajos, alcanzados por el bono, la recomposición fue bastante menor, dada la falta de reajustes del refuerzo. Si hay bono de $70.000 en noviembre, quienes cobran el haber mínimo tendrán un alza acumulada, en once meses, de 100,8% considerando el ingreso que efectivamente reciben. Es una suba que queda muy por debajo de la inflación: desde el inicio del año y hasta septiembre, mientras que el IPC avanzó un 101,6% el ingreso conformado por el haber mínimo y el bono de $70.000 tuvo un incremento de 89,5%.

Una condición para el cobro del bono es que solo se perciba una prestación de hasta el equivalente al haber mínimo: si se tiene jubilación y pensión, no hay plus. Según datos de la Subsecretaría de Seguridad Social, aproximadamente el 50% de los jubilados y pensionados del sistema contributivo cobra bono. Se trata de alrededor de 3 millones de personas.

A ellas se suman quienes cobran prestaciones no contributivas. Con la suba de noviembre, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) será de aproximadamente $202.239, monto al que se sumaría el refuerzo, probablemente y una vez más, de $70.000.

Asignaciones por hijo

 

También tendrán un reajuste de 3,47% las prestaciones por hijos menores de 18 años o incapacitados para el trabajo que están a cargo de diferentes grupos de trabajadores, desocupados y jubilados. En el caso de los trabajadores bajo relación de dependencia, dependiendo de cuál sea el ingreso total del hogar donde viven los chicos o de la categoría del monotributo en la que esté el padre o la madre, la asignación por hijo menor de 18 años será en noviembre de $45.420, de $30.635, de $18.526 o de $9555.

Además, subirán las remuneraciones mínima y máxima para el cálculo de los aportes al sistema jubilatorio, a la obra social y al PAMI, que suman en total el 17% del salario bruto. Y los importes pagados por los autónomos mensualmente, como contribución al régimen previsional.