Difícil encontrar algún signo más claro y penoso de la emergencia en seguridad y crisis social que vive Rosario que la de encontrar a jardines de infantes despidiendo a sus niños asesinados a balazos.
"Hoy nos toca recibir esta triste noticia. Que en paz descanses Auri y familia", escribieron las autoridades del "El Sapo Pepe", el nombre del lugar a donde iba la nena de 6 años acribillada junto a sus padres el viernes a la noche en la zona sur.
"Gracias por dejarnos ser parte de tu vida, por tus abrazos cada día al llegar al jardín, por tus sonrisas, por tu amor y dulzura de cada día. Una niña tan hermosa en todos los sentidos", sigue el mensaje compartido en Facebook.
El posteo del jardín de infantes y maternal de Alsina al 3900 cierra: "Lamentamos profundamente tu partida, guardaremos siempre en nuestros corazones todos los momentos compartidos. Tus seños siempre vamos a recordarte. Mucha fuerza a toda su familia".
En las redes sociales también se expresaron familiares que pidieron justicia por el homicidio de la pareja y su hija, y también desde el club donde jugaba al fútbol Rodrigo, el joven de 26 años, entre otras muestras de la conmoción generada horas después del triple crimen.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) confirmó la identidad de la familia que fue asesinada pasadas las 23 del viernes en la zona de Garibaldi al 57.
Rodrigo Morera de 26 años, su pareja Aymara Altamirano de 25 y Auriazul Morera de 6 habían llegado hasta allí en un vehículo particular con el objetivo de visitar a un familiar.
Cuando estaban por ingresar al pasillo al menos cuatro personas, comenzaron a dispararles sin mediar palabras. Producto de las lesiones, Rodrigo Morera murió en el lugar, en tanto que su pareja y la menor fueron trasladadas de urgencia al hospital Roque Sáenz Peña donde fallecieron a los pocos minutos de ingresar.
En lo que va del año en el departamento Rosario, se registraron cien homicidios. No es el primer atentado de este tipo. El 23 de abril pasado acribillaron en un auto marca Audi a otra joven pareja con su bebé de un año en la zona noroeste.
A ellos se suman los chicos y chicas baleadas que ya no son una excepción en los saldos de los ataques. Hubo tres triples crímenes con menores muertos en cada uno, un escenario que demanda algo más que "un mea culpa" de la dirigencia.
El martes pasado a la noche una nena de 9 años fue herida en la pierna cuando estaba en la vereda de Lamadrid y Constitución, zona sudoeste de la ciudad. Su padre reconoció la derrota (que ya es pesadilla) cuando puso en palabras ese drama extendido: “Los chicos quieren salir a jugar, no entienden que no pueden”.
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