Los 600 presos que hay en las comisarías son “un problemón” para el ministro de Seguridad de la provincia, Marcelo Sain, que de todos modos evitó inmiscuirse en detalle en la polémica por las prisiones domiciliarias otorgadas a reclusos bonaerenses en el marco de la pandemia de coronavirus. Además, el funcionario dijo que si bien le “preocupa mucho” que con la flexibilización de la cuarentena el delito vuelve a ganar terreno. Y si bien aclaró que “hay mucha policía en la calle” para prevenirlo, sostuvo que hay uniformados “pícaros” que en esta situación “sacan algún rédito”.
“Tenemos en alcaidías y comisarías 600 presos; es un problemón”, manifestó el ministro. Y agregó que ese número coincide con el de personas detenidas por la Justicia federal que ocupan plazas en las cárceles provinciales.
“Si se llevaran los 600 presos federales podríamos sacar de las comisarías los detenidos. Los policías no son carceleros y tenemos problemas todo el tiempo. Además, eso nos quita gente que podría estar en la calle”, enfatizó.
La cuestión se agrava con la pandemia. “Hay lugares con superpoblación, donde hay capacidad de 10 personas y tenemos 20. No podemos abrir la puerta y dejarlos ir”, insistió.
El regreso del delito
Además, Sain admitió un repunte del delito en los últimos días, con la flexibilización de la cuarentena. “Pero hay mucha policía en la calle y se hace todo lo que se puede”, aclaró. Para luego deslizar: “Estamos atentos a pícaros policías que en esta situación pueden sacar algún rédito”.