Los países árabes se pronunciaron en reclamo de un cese inmediato en la escalada de violencia entre Israel y las milicias palestinas de Gaza, objetivo por el que Egipto dijo que mantiene "intensos contactos" con Israel y Palestina, así como a nivel internacional.

La Liga Árabe, integrada por 22 Estados, advirtió en un comunicado que "el ciclo de enfrentamientos armados entre palestinos e israelíes aleja a la región de cualquier oportunidad real de lograr la estabilidad o la paz en un futuro próximo".

En paralelo, Irán y los grupos chiíes pro iraníes, el libanés Hizbulá y los hutíes del Yemen, manifestaron abiertamente su apoyo a las milicias palestinas contra el Estado judío.

Según el último recuento de víctimas, el múltiple ataque sorpresa lanzado por tierra, mar y aire por el grupo islamista Hamás contra Israel y los bombardeos israelíes de represalia en la Franja de Gaza causaron al menos 430 muertos desde la mañana de este sábado, 232 del lado palestino y 200 de la parte israelí.

El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, cuyo país firmó la paz en 1979 con Israel y es mediador clave entre este país y Palestina, confirmó que "Egipto lleva a cabo intensos contactos con las partes israelí y palestina y con actores internacionales y regionales, con el fin de contener la actual escalada".

Al Sisi "advirtió del peligro de que la situación se deteriore y se deslice hacia una mayor violencia y un deterioro de las condiciones humanitarias en la Franja de Gaza y lleven a toda la región en un círculo vicioso", dijo el portavoz de la presidencia egipcia, Ahmed Fahmi.

El ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shokri, anunció por su parte que abordó "los esfuerzos para frenar la escalada" con sus homólogas de Francia y Alemania, Catherine Colonna y Annalena Baerbock, respectivamente, así como con el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, según sendos comunicados de su departamento.

Egipto, entre otros actores, como Catar, lideró los esfuerzos de mediación en mayo pasado para una tregua entre Israel y las milicias palestinas de Gaza tras cinco días de una intensa escalada que dejó al menos 35 muertos, la inmensa mayoría gazatíes, así como cuantiosos daños en el empobrecido enclave.

La postura pro Hamás

 

Qatar, principal apoyo árabe a los palestinos, responsabilizó por su parte "únicamente a Israel" de la nueva escalada debido a "sus continuas violaciones de los derechos del pueblo palestinos", si bien pidió a las dos partes ejercer "la máxima contención".

Posturas similares expresaron los gobiernos del Líbano e Irak, este último de mayoría de población chiíta, consideró que "las operaciones que hoy lleva a cabo el pueblo palestino son un resultado natural de la opresión sistemática a la que ha sido sometido a manos de la ocupación sionista".

Irak también pidió oficialmente que la Liga Árabe celebre una reunión de emergencia "para discutir la peligrosa situación en los territorios palestinos", ya que "afectará la estabilidad de la región".

La postura más radical la expresó Irán, un país no árabe, pero que lidera el islam chiíta, cuyo Gobierno "felicitó a la gran nación Palestina y a todos los grupos anti sionistas por la operación Tormenta de Al Aqsa", lanzada por Hamás contra Israel, según la agencia de noticias iraní ISNA.