Julieta inició su última vuelta a casa a las 23.30hs del viernes. Salió del kiosco en el que trabajaba, frente a la plaza de Berabevú, y le pidió a su madre por teléfono que le caliente la comida.
Tomó su bicicleta playera y bordeó la plaza hasta llegar hasta las vías. Tomó las callecitas estrechas separadas por un cantero central y se topó de frente con el Club Deportivo Berabevú.
El asesino la seguía. Julieta dobló a la derecha y al llegar a la esquina, el asesino la interceptó. La golpeó y se la llevó. A doscientos metros de su casa se la vio con vida por última vez.
La cámara se seguridad posada sobre un poste rojo en la vereda del club, a dos cuadras de la casa de Julieta, tomó al auto del femicida y a la bicicleta de la víctima.
El hermano de Julieta fue quien, observando las cámaras, reconoció el auto de Cristian Romero, el hombre de 29 años que luego sería detenido.
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