Los datos son contundentes: según la Sociedad de Cardiología de Rosario, desde que comenzó la cuarentena, a nivel mundial, se redujo la presentación de personas con infartos entre un 40% y un 70%, y Rosario no es la excepción. Rosario3 dialogó con el presidente de la institución, Diego Nannini, para analizar las causas del fenómeno.

“Las cifras que estamos viendo con esa disminución de casos corresponden a España, China, Estados Unidos y también Argentina, y la pregunta que nos hacemos es si efectivamente hay menos infartos o los pacientes con infartos no están yendo a la consulta”, señala el profesional, y explica que empezaron a llegar a los consultorios, personas que habían tenido dolor de pecho tres o cuatro días antes y que o bien no consultaron, o llamaron al servicio de emergencias, pero al indicárseles que debían ser internados, se negaron a hacerlo por temor a estar en el mismo lugar con pacientes infectados de coronavirus”.

“Han llegado a las unidades coronarias de Rosario lo que llamamos “infartos evolucionados” y es crucial que la población sepa que hay una “hora de oro” para poder intervenir en casos de infarto. Comenzado el infarto, si se abre la arteria en esa primera hora, mediante una angioplastia o un stent, se salva el músculo del corazón. Cada minuto salva músculo. Si uno consulta tres días después, perdió esas posibilidades”, describe con claridad, e insiste en que cuando se siente dolor de pecho, “hay que llamar al servicio de emergencia, tenerle confianza al profesional y realizarse los tests específicos sin miedo, porque todo se les practicará con los elementos de protección a su salud que corresponden”.

Advirtió que nadie debe quedarse como si nada si siente dolores sospechosos, como opresión en el centro del pecho, en la zona de la corbata, o lo que algunos describen como “una pata de elefante” en el pecho. “Si se consulta –remarca– es posible discernir si es grave o no”.

De los datos estadísticos, surge también que los hombres en general, son más esquivos a acudir a la consulta que las mujeres. Además de que la enfermedad coronaria es de mayor presentación en el hombre, “los que han ingresado tardíamente a las unidades coronarias, son mayoritariamente hombres”.

Pero la disminución de casos no sólo se ha registrado respecto de los infartos, sino que también abarca a otras dolencias que motivan las consultas, como la hipertensión, que es la patología más prevalente en los consultorios de cardiología.

De acuerdo al relevamiento realizado por la Sociedad de Cardiología de Rosario, tampoco se está viendo aumento de los “picos de presión”, a pesar de que la población está tensa y nerviosa, por distintas razones ligadas al aislamiento.

La relación entre cuarentena e infartos

 

Según explica Nannini, los autores de los artículos internacionales a los que tuvieron acceso, dicen que la disminución de casos durante la cuarentena puede estar relacionada con que en esta época de aislamiento en casa, uno se baja del carro que va demasiado rápido, baja el estrés laboral, en cierta manera, va más lento en la vida y quizás ordena el ejercicio, el sueño y las actividades de entretenimiento, aunque también se sienta en algún punto algo de estrés y angustia, a causa de la incertidumbre que rodea a la pandemia.

“Creo que hay que tomar el núcleo positivo que estas patologías universales nos van dejando y preguntarnos si no vendremos manejando el auto demasiado rápido. Quizás, el bajar esa velocidad extrema que veníamos viviendo, ha influido para que disminuyan también las dolencias coronarias, ya que junto con la demora en las consultas, se ha constatado en todo el mundo, la baja en la tasa de infartos”, afirma.

“Tal vez –sugiere– después de que pase la cuarentena, sería bueno plantearnos tener una vida un poquito más reposada, manejando más tranquilamente, salir media hora antes si el viaje dura quince minutos, entre otras medidas, por ejemplo. También habría que plantearse el tema de los vínculos, ya que la gran fuente de los infartos está en los malos vínculos laborales y familiares”, asegura el profesional.

Pero no sólo los infartos y los picos de presión experimentaron una baja en todo el mundo. Lo mismo ocurrió con los ingresos por edema pulmorar (situación crítica en la que se retiene sangre a nivel de los pulmones porque el corazón disfunciona). Desde la Sociedad de Cardiología apuntan que eso puede estar relacionado con que, quizás, se ha mejorado la dieta, se come más comida casera, o con menos sal, o se ha ejercitado más en los domicilios.

“La disminución de los casos de edema de pulmón no podría explicarse por el temor a la internación (como en los casos de infarto evolucionado que mencionamos) porque quien lo padece necesita y pide atención de manera urgente. Es decir: hay mucha gente que se aguanta el infarto en la casa, pero no así el edema de pulmón. Es imposible que eso suceda, lo cual nos da la pauta de que efectivamente, han disminuido”.

“Estaría bueno que los fumadores aprovechen esta cuarentena y hagan el intento de reducir significativamente el número de cigarrillos que consumen. Quizás ése es otro factor no tenido en cuenta: probablemente se esté fumando menos, por estar más tiempo conviviendo toda la familia en casa, y sea una buena oportunidad para plantearse sacarse de encima la adicción a esta droga lícita”, dice el médico.

¿Como diferenciar el dolor de pecho del infarto del dolor que causa la angustia?

 

Como sabemos, la actividad incluso dentro de sanatorios, está reducida, por lo cual, se han implementado otras formas de no descuidar la salud sin tener que movilizarse hasta los centros asistenciales, si no es estrictamente necesario.

En ese sentido, los turnos programados para controles de rutina fueron pospuestos, pero eso no significa que alguien deba silenciar síntomas si éstos son sospechosos.

A veces, los estados de angustia causan opresión en el pecho y pueden confundirse con malestar cardíaco. Sin embargo, hay algunos indicadores que pueden orientarnos.

“No digo que cada persona se diagnostique –advierte el profesional–  pero si alguien es muy joven, no fuma, no tiene colesterol, no ha tenido presión alta, ni diabetes, y no tiene antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, es probable que si siente una molestia leve puntiforme, transitoria, con forma de un dedo en el pecho, en general no corresponda a una dolencia coronaria; pero si tiene más de 50 años, alguno de los factores de riesgo mencionados y siente opresión en el pecho durante media hora, uno tiene que sospechar que puede ser un infarto. De todos modos –subraya– no siempre se tienen los recursos para distinguir qué dolor es peligroso y cuál no; por eso es clave la consulta con el servicio de emergencia”.

Tips para cuidar la salud coronaria en cuarentena

 

Nannini enumera una serie de indicaciones que hacen a la salud en general y a la salud del sistema cardiovascular en particular, entre ellas: contar con una balanza en casa y pesarse todos los lunes, ya que el principal riesgo en la cuarentena es comer demasiado. Ver la información necesaria, no intoxicarse de noticias, ya que esto, inconcientemente va generando ansiedad y angustia. Mantener una rutina diaria de horarios: vestirse, afeitarse y bañarse a diario para mantener la actitud, además de no discontinuar la medicación recetada que cada uno deba tomar.