La demorada y postergada restauración del Monumento Nacional a la Bandera volvió a ponerse en marcha a comienzos de este año, después de una infinidad de intentos y fracasos desde 2015 hasta la actualidad. Finalmente, tras la adjudicación de las obras de parte del gobierno nacional en febrero, durante abril comenzó la ejecución de las obras de refacción y puesta en valor que se extenderán por el plazo de nueves meses.
Según detallaron y explicaron desde la empresa constructora Dycron, a cargo de las obras, las mismas implican una gran cantidad de tareas, que se dividirán en diferentes etapas.
Las intervenciones serán en el Propileo, el altar donde se rinde homenaje a los mártires por la patria, las escalinatas del Patio Cívico que une ambos cuerpos arquitectónicos, el basamento de la Torre Central, alrededor de la cual se eleva un importante grupo escultórico realizado por los artistas Alfredo Bigatti y José Fioravanti, y la fuente del sector de la proa.
Además, se llevará adelante la actualización del ascensor de la mencionada Torre
Central, se colocará la nueva iluminación del Propileo y se climatizará la Galería de
Honor de las Banderas de América. El trabajo principal será sobre la cripta de Manuel Belgrano, donde se harán tratamientos específicos sobre el revestimiento de travertino.
También se llevarán adelante tareas de limpieza y consolidación, que se sumarán al retiro, la recolocación y provisión de placas, tratamiento a los elementos de bronce y artefactos de iluminación. Las piezas de bronce faltantes serán reemplazadas.
Será intervenida la Sala de las Provincias, donde se realizarán obras de readecuación del espacio ubicado debajo del atrio y de las instalaciones existentes, con el fin de llevar adelante el proyecto del Museo del Monumento Nacional de la Bandera.
Vale aclarar que no será parte de la renovación el Pasaje Juramento, ubicado en la parte posterior del Monumento, con salida a calle Buenos Aires, entre el Palacio Municipal y la Iglesia Catedral.
Una vez finalizada, la obra permitirá mejorar la apariencia de los pisos y los
revestimientos en general, al tiempo que garantizar la seguridad y el funcionamiento pleno de las instalaciones y adecuar los espacios necesarios para el funcionamiento de las diversas actividades que habitualmente se desarrollan en el lugar.