Yocheved Lifshitz, de 85 años, es una de las dos rehenes liberadas por Hamás este último lunes. Si bien contó que la golpearon cuando la trasladaron a Gaza el 7 de octubre pasado, admitió que la "trataron bien" durante su cautiverio de dos semanas en el enclave palestino. Aún hay más de 200 israelíes privados de su libertad.
De acuerdo a lo que precisó a EFE, Lifshitz "pasó por un infierno". "No pensábamos ni sabíamos que llegaríamos a esta situación", relató. A su vez, recordó que la llevaron por una "telaraña" de túneles en Gaza y criticó al Ejército de su país por no haber evitado los ataques del grupo palestino.
Al momento de ser secuestrada, narró: "La valla fronteriza entre Israel y Gaza no sirvió de nada y la barrera fue volada por una turba de combatientes de Hamás que inundó en seguida el kibutz".
Lifshitz dijo que en el camino a Gaza fue golpeada con palos que le lastimaron las costillas y le provocaron dificultades para respirar. Una vez en cautiverio, dijo que pasó por un túnel y llegó a una gran sala donde se encontraban reunidos otros 25 de los 222 rehenes que, según el Ejército, están retenidos en Gaza por Hamás.