Rosario Central se quedó con el clásico rosarino y la victoria tiene un sabor especial: se tomó revancha de la caída en el duelo de la pasada Copa de la Liga, bajó a Newell's de la punta del campeonato y le sacó un invicto de ocho partidos. El equipo de Carlos Tevez, con más garra que buen juego, logró la ventaja en el primer tiempo con un gol de Alejo Véliz y después defendió el resultado con uñas y dientes para abrazar un triunfo que vale oro. Fue 1-0 para los canallas en un fervoroso Gigante de Arroyito, por la 9ª fecha.
En el duelo de esquemas y el juego de los detalles, Newell’s fue el que lució mejor armado en la primera media hora de juego. Con Pablo Pérez como faro en el medio para distribuir la pelota y pensar cada ataque, el equipo de Javier Sanguinetti le impuso condiciones al Central de Carlos Tevez y tuvo las mejores chances para convertir.
La apuesta fue la de siempre, intentando avanzar por las bandas, sin entretener demasiado la pelota, con la rapidez de Ramiro Sordo y Francisco González, esta vez en un rol diferente, más retrasado como lateral-volante pero con libertad para encarar.
La más clara estuvo, justamente, en el pie derecho de su capitán, cuando Sordo desbordó por izquierda a pura velocidad, mandó el centro, Juan Manuel García no llegó a empujarla y la bocha le quedó servida al mediocampista para definir, pero su remate se estrelló en el palo izquierdo de Gaspar Servio.
Pero el dominio inicial leproso se fue apagando. Central se sacó la modorra de encima y descubrió que si se animaba podía lastimar. Avisó, primero, tras un desborde de Lautaro Blanco que Facundo Buonanotte no llegó a conectar por un cruce salvador de Pérez.
Y después llegó la acción que hizo estallar al Gigante de Arroyito. Tras un envío de pelota parada desde la derecha, el pibe Alejo Véliz le ganó de arriba a Cristian Lema y conectó un cabezazo que superó al arquero Franco Herrera, que se quedó parado porque pensó que la bocha salía. Fue el 1-0 en la tarde del jueves y lo que sería el único tanto del partido.
El equipo de Sanguinetti se encontró en desventaja en el resultado por primera vez en esta Liga. Nunca estuvo en la situación que atravesó en el clásico. Antes de Central, sólo le había convertido Banfield, Patronato y Platense, pero nunca había quedado abajo. Y en ese contexto todo se le hizo muy cuesta arriba, obligado a ir en busca de la igualdad contra un rival que le fue cerrando espacios y lo maniató.
Central se sintió cómodo con la ventaja y sin la necesidad de tener que atacar quedó preparado para contragolpear e intentar liquidarlo. Así tuvo al menos un par de situaciones en el complemento, pero no estuvo del todo fino en la definición y en otras, como en un tiro de Véliz dentro del área, Herrera respondió bien y mantuvo a su equipo en partido.
Sanguinetti mandó a la cancha a varios jugadores ofensivos, como Genaro Rossi, Juan Garro y Nazareno Funez. La Lepra fue a la carga, con pocas ideas, en busca de un empate que, a esa altura, veía posible. Porque el Canalla no consiguió bajarle la persiana al juego.
Y así tuvo dos chances muy claras para empatar. Primero, Willer Ditta -que pudo haber sido expulsado antes por una dura falta- se lo perdió entrando por el segundo palo en una pelota detenida. Y en la última jugada del partido, cuando todo el estadio esperaba el pitazo final de Fernando Espinoza, los corazones auriazules se pararon: la pelota le quedó al pibe Funez en el área y definió de media vuelta, pero su remate se fue por arriba. Ni el tiro del final le salió a Newell's.
Central se tomó revancha del clásico perdido en marzo pasado por la Copa de la Liga y volvió a quedarse con el partido más importante de la ciudad. Para Tevez significó su segunda victoria y acumula, ahora, tres juegos sin caídas, con dos victorias y un empate. Newell's se quedó con las manos vacías, perdió la punta del torneo y el invicto de ocho partidos.