El anuncio que hizo este lunes Vicentin sobre la contratación de un banco de Nueva York, el Maxim Group, para que lo asesore en su reestructuración y en la búsqueda de inversores no sedujo a sus principales acreedores. Es más, hasta muchos sospechan de que fue en realidad una maniobra para desviar la atención del balance 2019 que presentaron la semana pasada, cuyos números y explicaciones generaron polémica y asombro.
En efecto, tanto la contratación del banco como el recambio de directivos que definirá en la asamblea del 15 de octubre parecieron señales del grupo aceitero a acreedores, inversores y al mercado de que busca una solución a su profunda crisis. Pero, al menos en la recorrida que hizo Rosario3 con sus principales acreedores comerciales y financieros, esa señal fue recibida con ceño fruncido.
Resulta que los acreedores interpretan que la decisión de contratación tendría que haber sido dialogada con ellos, sobre todo porque será con ellos con quien el Maxim Group deberá sentarse a negociar. Es más, ni tienen claro qué función y que rol tendrá el banco. Incluso, en los bancos internacionales se enteraron de la contratación por la prensa. Tampoco los sedujo la identidad del banco elegido, totalmente desconocido para muchos de ellos.
En rigor, hay consenso entre los acreedores en estimar que el anuncio se trató de otra “corrida de arco” del grupo para seguir ganando tiempo y estirando plazos con miras a terminar logrando licuar los pasivos en una extensa convocatoria sin desprenderse del control accionario, paso al costado que se le reclama con urgencia.
Es más, no son pocos los acreedores que hasta sostienen que, en rigor, el anuncio de la contratación fue una cortina de humo para desviar del centro de atención al balance 2019, cuyos resultados no se animó a respaldar el propio auditor de los estados contables. La fuerte caída del patrimonio neto, las grandes pérdidas registradas y hasta los altos costos financieros que mostró en su balance cerrado a octubre pasado, cuando en julio había anticipado una situación de solvencia total, son todos elementos que despertaron sospechas y generaron desconfianza en los acreedores. Es más, para los abogados de los acreedores que les vienen impulsando denuncias penales el balance termina probado que hubo profundas irregularidades en el manejo y un claro vaciamiento.
Ahora, la mirada esta puesta en la resolución que tomará la asamblea del 15 de octubre. Ese día los accionistas deberán elegir un nuevo directorio. Y el temor de los acreedores es que los nuevos nombres, otra vez, sean inconsultos y además no signifiquen una verdadera renovación de nombres, como se les está reclamando.
En otro orden, con la intención de evitar que Vicentin pueda verse beneficiada, el oficialismo le introducirá en el Senado nacional modificaciones al proyecto de ley que suspende los concursos preventivos y procesos de quiebra para ayudar a las empresas que se hayan visto afectadas por los perjuicios económicos de la cuarentena por el coronavirus.
En respuesta a una nota del Banco Nación, en la que hace explícita mención al caso, el bloque del Frente de Todos decidió excluir todos aquellos procesos preventivos y de quiebras iniciados antes del 1 de marzo del corriente año de los beneficios de la iniciativa, que fue sancionada a fines de julio último por la Cámara de Diputados.
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