El Fondo Monetario Internacional oficializó este lunes que acordó con el Gobierno nacional una modificación al esquema de metas del programa Extended Fund Facility (EFF), según comunicó el staff del organismo en un comunicado. Así, la perspectiva de acumulación de reservas será menos exigente en lo que resta del año como consecuencia del impacto macroeconómico que tiene para las cuentas públicas la severa sequía que afecta la producción agropecuaria.

Según informó Economía, la meta trimestral de reservas será reducida en unos USD 3.000 millones y la anual, en unos USD 2.000 millones. Por el momento, el FMI no dio detalles sobre ese punto central. “La gestión macroeconómica prudente en la segunda mitad de 2022 respaldó la estabilidad y ayudó con cierto margen a asegurar los objetivos del programa hasta fines de 2022″, dijo el organismo sobre el año pasado.

“Si bien se espera que políticas macroeconómicas más sólidas y esfuerzos para asegurar mejorar la cobertura de reservas y revertir las recientes pérdidas de divisas, se solicita una modificación del objetivo de acumulación de reservas internacionales netas para 2023″, expresó el staff.

“Esto acomodará parcialmente el impacto cada vez más severo de la sequía, al mismo tiempo que tendrá en cuenta los efectos compensatorios de menores precios de importación de energía y las medidas de políticas acordadas. Se solicita que la mayor parte de esta acomodación se realice a principios de 2023, en consonancia con el impacto adelantado de la sequía”, mencionó el equipo técnico del FMI.

“La gestión macroeconómica prudente en la segunda mitad de 2022 respaldó la estabilidad y ayudó con cierto margen a asegurar los objetivos del programa hasta fines de 2022″

Por otro lado, respecto a la inflación, el Fondo consideró que “repuntó en los últimos meses” y aseveró que “las autoridades pretenden mantener positivas las tasas de interés oficiales en términos reales”. “Mientras tanto, continuarán los esfuerzos para asegurar la competitividad externa y fortalecer la cobertura de reservas, que las autoridades planean complementar a través de la oportuna racionalización de la política cambiaria”, continuó el comunicado oficial.

El organismo, en tanto, apuntó que llegó a un acuerdo con el Banco Central para que no utilice reservas para intervenir en el “contado con liqui” ni en dólar MEP.

Hubo un párrafo dedicado específicamente a la cuestión fiscal, a la demora en la implementación del esquema de segmentación de subsidios y al nuevo costo que implicará la moratoria jubilatoria aprobada por el Congreso recientemente.

 “Las autoridades están comprometidas en alcanzar el déficit fiscal primario del 1,9 por ciento del PIB en 2023 a través de controles continuos de gastos, una mejor focalización de los subsidios energéticos y de la asistencia social, y una mejor priorización del gasto de capital, al tiempo que protegen el gasto social y de infraestructura prioritario”, introdujo el tema el FMI.

“Para cumplir con las metas de reducción del déficit y fortalecer la progresividad de los subsidios energéticos, las autoridades planean continuar implementando el esquema de segmentación acordado, eliminando los subsidios para los usuarios residenciales de mayores ingresos a partir de mayo y para los usuarios comerciales a fines de 2023″, mencionó el staff.

Y por último, señaló, respecto a la moratoria. “Se tomarán medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenible los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de pensiones para asegurar los objetivos fiscales para este año y los próximos”, continuó.

Las bases del acuerdo

 

Según un resumen realizado por el Ministerio de Economía, los términos del comunicado del staff del Fondo acordado con el Gobierno incluyen:

– El desembolso de 4.000 millones de DEGs que representan 5.300 millones de dólares.

– Marca la sequía como principal motivo de revisión de las metas del programa.

– Sobrecumplimiento 2022 en materia fiscal, 2,3% del PBI y en materia de reservas, USD 5.400 millones, por encima de las metas previstas.

– Sostiene el objetivo del déficit fiscal en 1,9% del PBI para este año. En este aspecto, el FMI resaltó: continuar con el control del gasto en busca de orden; priorizar la inversión en infraestructura y el gasto social; acelerar la segmentación para terminar con la regresividad en los subsidios y sobre la moratoria jubilatoria señala la importancia de que “sea justa, debe estar orientada a los más vulnerables y sin desborde de gasto”.

– Tasas de interés positivas.

– Habilita mecanismos de aumento de la competitividad externa a través del fomento de exportaciones para fortalecer la cobertura de reservas (lo que incluye medidas de política cambiaria temporales) así como también ampliación de instrumentos del sistema contado con liquidación.

– Plantea la no utilización de reservas en intervenciones en el mercado cambiario paralelo

– Sostiene que el canje de deuda de los bonos en pesos, que equivale a 16.000 millones de dólares y habilita a “generar canjes intra estado para mejorar los perfiles de vencimientos”. Asimismo, promueve el mayor uso de multilaterales para financiamiento.

– Mantiene la meta de adelantos transitorios del Banco Central en 0,6% del PBI.

– Establece un nuevo piso de acumulación de reservas para marzo junio septiembre y diciembre, reduciéndose en más de 3.000 millones de dólares a acumular en marzo y en casi 2.000 millones de dólares en 2023.

– Flexibilidad del programa para el año por el impacto de la sequía, sobre todo en el primer trimestre.

El comunicado del Fondo Monetario llegó luego de varias semanas de discusión desde que comenzó el 2023 entre Buenos Aires y Washington. En el camino hubo una visita de técnicos del organismo de varios días a los despachos del Ministerio de Economía y una misión de un grupo de funcionarios de Sergio Massa a la capital norteamericana.

En paralelo, Massa tuvo un encuentro cara a cara con la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva en el marco de la cumbre de ministros del G20 en la India. Tras ese aval político inicial, las partes se involucraron en una última recta de negociaciones, que se extendieron durante dos semanas hasta la noche del domingo.

La meta trimestral original estipulaba que el Banco Central debería tener hacia el 31 de marzo, aproximadamente, unos USD 7.800 millones. Esto se compone de los USD 2.277 millones con los que ya contaba el BCRA en diciembre de 2021, según el cálculo del FMI, más los USD 5.500 millones que estaban previstos para este primer trimestre.

El próximo vencimiento, que orilla los USD 2.700 millones,  se acerca en el calendario de pagos. Esa instancia tendrá lugar el 21 y 22 de marzo, en dos pagos separados. El staff, luego del comunicado de hoy que anticipó que la meta de acopio de divisas en el Banco Central será modificada, deberá darle forma al reporte técnico que será girado al directorio unos días después. Con la luz verde final, habrá un desembolso de unos USD 5.300 millones.

La necesidad de rediseñar las metas de reservas fueron abordadas por distintos informes de consultoras en los últimos días. Para PxQ, dirigida por Emmanuel Álvarez Agis, “en los primeros dos meses del año, las reservas internacionales netas cayeron USD 3.300 millones”, estimaron. “En enero el principal motivo fue el pago de intereses a los acreedores privados, mientras que en febrero la venta neta de divisas al sector privado generó salida por casi USD 900 millones”, agregó.

“Para cumplir la meta de reservas internacionales netas acordada para el primer trimestre del año, el BCRA debería acumular USD 3.700 millones netos durante marzo. El marzo de mejor resultado para el BCRA en el mercado cambiario fue 2007, cuando se compró de forma neta USD 1.627 millones, menos de la mitad de lo que se necesita para cumplir la meta con el FMI”, mencionó PxQ.

Por eso, continuó la consultora, “la combinación entre sequía y expectativa por un nuevo dólar soja generó que el ingreso de divisas de este sector sea el más bajo para un primer bimestre desde 2005. Cualquiera sea la opción que decida el Gobierno, es evidente la restricción a la que se enfrenta y cómo esto pone trabas para que, en un año electoral, la actividad se recupere y la inflación desacelere”, opinó.

Para LCG, “sin la acumulación de reservas internacionales, el país queda en una posición muy desfavorable para volver a acceder a los mercados de deuda a nivel internacional. Algo que incluso cerrando el bache fiscal será necesario para refinanciar la deuda en los próximos años”, remarcó la consultora en un informe reciente.

Por su parte, Analytica consideró en un informe reciente que no solamente la sequía ponía presión en el frente de acumulación de reservas. “También influyen el aumento de los compromisos de pagos de deuda y los mayores incentivos a retener los granos”, mencionó.

“El fuerte retraso cambiario (el tipo de cambio real multilateral se apreció 30% desde diciembre de 2019), la elevada brecha con las cotizaciones paralelas (de más del 80% en la actualidad) y la especulación sobre una posible rebaja de los derechos de exportación, en caso de que la oposición gane las elecciones, podrían llevar a una menor liquidación del sector agroexportador”, consideró Analytica.