“¿Que le están haciendo a Rosario? Es mi ciudad preferida de la Argentina y me pone muy triste enterarme la violencia que está sufriendo. ¿Qué pasó?”.
Quién expresa el lamento es Jefferson Nogaroli, uno de los supermercadistas más importantes del sur de Brasil. La base de su empresa está Maringá, pujante localidad del Estado de Paraná con un perfil productivo que, en mayores dimensiones, emparenta el caso de Rosario como cabecera comercial y de servicios del campo.
Compañía Sudamericana de Distribución, su empresa, emerge de la fusión de cuatro grandes cadenas de supermercados y hoy tiene 9.000 empleados, presencia en tres estados (Paraná, San Pablo y Mato Grosso Do Sud) y ocupa el puesto 20 en el ranking nacional de centros comerciales del gigante del Mercosur.
Nogaroli fue parte del grupo de empresarios y funcionarios argentinos y brasileros que este martes almorzó con el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, con motivo de la misión comercial de 50 alimenticias argentinas en Curitiba organizada por la Confederación de la Medina Empresa (Came) para participar de la Expo Apras 2023, el principal cónclave de supermercadistas del sur brasilero.
Luego de degustar fideos con una salsa de carne de pato y un volcán de chocolate de postre en el coqueto restaurante Tierra Madre, Nogaroli se hizo un rato para charlar con Rosario3, medio que cubre la misión comercial invitado por Came.
Pero antes de que empezaran las preguntas, el empresario lanzó su comentario sobre la violencia en la ciudad y así buena parte del tiempo de la charla se insumió en su intento de entender qué pasa en Rosario.
“¿Son los narcos contra la policía? ¿Es una pelea entre bandas? ¿Es por el puerto?”, todos interrogantes que salían de la boca de Nogaroli en busca de algunas certezas sobre cómo la pujante ciudad que descubrió comercialmente en la post-convertibilidad -cuando empezó a venir a buscar proveedores para sus supermercados, y a la que visita regularmente desde aquel entonces (“tengo buenos amigos allá”)- hoy es carcomida por la violencia. “Rosario es una ciudad cabecera logística para el Mercosur. Tiene todo ahí para ser un centro económico neurálgico del Mercosur, pero hoy es noticia internacional po. cosas como la balacera al supermercado de la familia Messi”, lamenta.
Arranca la entrevista sobre economía. Y allí Nogaroli cambia su tono de voz. Es optimista sobre las capacidades productivas argentinas. Según su lectura, el sur de Brasil (“que equivale en cantidad de gente media argentina”) es un mercado muy a mano para las alimenticias argentinas. “Pero además de que hay mercado, hay demanda porque el producto marca argentina es tomada por el consumidor como Premium; con calidad reconocida. Además, para un supermercado del sur de Brasil es más fácil importar de Argentina que traer productos del norte de nuestro país”, destaca.
“El mayor problema que tiene el exportador argentino es el tipo de cambio. El valor del peso está muy débil frente al dólar. El dólar oficial es la mitad del precio que tiene en el mercado paralelo. No es productivo para el exportador todo el esfuerzo que debe hacer para recibir un dólar a $220”, agrega Nogarolli. Para el brasilero, un precio atractivo para un exportador argentino sería un tipo de cambio a $280/$300.
Otra vez, la inseguridad
Luego del almuerzo y en el viaje de la comitiva del restaurante al centro de exposiciones -, que ubicado en las afueras de Curitiba recibe a 300 expositores con una agenda en paralelo de conferencias técnicas y reuniones de negocios- trasciende la noticia de la balacera en la escuela contra el gerente de la marca de indumentaria This Week.
Un baldazo de agua fría. La inseguridad se cuela entre las conversaciones de directivos de Came de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, San Juan y ciudad de Buenos Aires. Del cambio de fichas sobre la situación en cada zona, emerge que si bien es un problema en todo el país, en Rosario y en el cordón pobre del Gran Buenos Aires se salió directamente de cauce y tiene formato de drama. Con una diferencia, resaltada por los propios empresarios, en Rosario los medios cuentan todo, pero en el conurbano, posiblemente por política, se publica muy poco de lo que allí ocurre.
Y otra vez los negocios
La participación argentina en la Expo Apras tiene una particularidad: está financiada por un cámara empresaria (Came) y no por un gobierno. En este caso, sólo el gobierno de Santa Fe realizó un aporte concreto.
Came -que tiene como presidente a Alfredo González (de Chaco)- detectó (como dice Nogaroli) la posibilidad certera que tienen las pymes alimenticias del interior de hacer pie en el sur de Brasil, con todo lo que eso significa para la salud de las empresas ante un mercado interno argentino que día a día baja el ritmo del consumo.
“Nosotros no vinimos a probar si los productos de las pymes pueden funcionar. Estamos acá para hacer negocios con empresarios pequeños y medianos que tiene una capacidad de exportación inmediata”, dijo González.
Por su parte, Scioli –quien recorrió la expo- señaló: “Estamos trabajando en eliminar las barreras sanitarias y fitosanitarias, ya que la economía brasileña tiende a ser muy proteccionista”. Y vaya que lo es: los expositores argentinos tuvieron que renegar mucho para poder ingresar al país muestras de los alimentos que quieren vender.
Pero Brasil también como puente para importaciones de insumos en un contexto de sequía de dólares. Y, precisamente, de eso habló Scioli. Según contó la embajada avanza en las gestiones para hacer operativa una línea de financiamiento de importaciones argentinas a Brasil que anunció Luiz Inacio Lula Da Silva y de poner en práctica la anunciada posibilidad de que el comercio binacional se haga vía monedas locales (peso y real) compensadas por un clearing diario entre bancos centrales.
En la misión comercial hay 49 empresas argentinas, entre ellas 14 santafesinas. Y la provincia es la única con stand propio ya que es objetivo del gobierno de Santa Fe apalancar la extranjerización de sus pymes. La expo arrancó recién este martes por la tarde, pero las empresas de la región (La Cumbre, Liliana, Pampa Cheese, Inalpa, Psicotella, Swit, Friar, entre otras) ya están ganando lugar en las góndolas de los supermercados brasileros. Contra todo, el espíritu emprendedor sigue dando batalla. A todo. Hasta a la inseguridad.